En menos de una mañana ha resuelto el juicio que tenía que servir para aclarar que había pasado en el interior del bar El sibarita de la Barca, en Sant Andreu de la Barca (Barcelona) en mayo de 2021. Aquel día un hombre, Abdur, salió corriendo, como pudo, del establecimiento, después de ser atacado por Tanya, que le había mutilado el pene después de enredarlo y decirle que mantendrían relaciones sexuales y que le haría una felación. Apagaron las cámaras de seguridad, le tapó los ojos y, por sorpresa, le seccionó el miembro.

Hoy el caso ha terminado en la Audiencia de Barcelona con una petición de prisión de diez años para la mujer, por un delito de lesiones agravadas, pero el acuerdo entre las partes, después de la aceptación de los hechos, ha permitido que el tribunal haya rebajado la pena a la mujer, de nacionalidad bengalina, a siete años de prisión. Tendrá que cumplir cinco más. Desde el inicio de la instrucción, ahora hace dos años, que ya está en la prisión. El hombre ha explicado cómo le ha cambiado la vida.

Le cortó el pene con un cuchillo

Tanya y Abdur, aunque el hombre tenía una relación con otra mujer en su país de origen, en Bangladés, hacía tres años que mantenían relaciones sexuales y eran amantes. Ella trabajaba en uno de los dos bares que el hombre tenía en Sant Andreu de la Barca hasta el día del ataque. Ella ha aceptado los hechos, no antes creando un momento de tensión, cuando, aunque se había llegado a un pacto, ha dicho que no había engañado al hombre diciéndole que le haría una felación. En un primer momento, lo ha negado; entonces, la magistrada ha acordado una pausa para que su abogado pudiera hablar con ella y al volver ha admitido la agresión y el engaño.

Él ha declarado que la mujer insistió en que tuvieran sexo, ya que al principio él le dijo que no quería porque estaba cansado: "Me puso en el sofá, me tapó los ojos con un trapo porque decía que tenía vergüenza. Ella había llevado un cuchillo y estaba guardado en algún lugar que yo no veía", ha asegurado ante el tribunal.

Ha perdido el pene y los dos bares que tenía

Ha explicado que en un primer momento la mujer no lo dejaba salir del local y para dejar constancia de los hechos volvió a activar las cámaras de seguridad que había apagado para evitar grabar el sexo, y cuando consiguió irse intentó llegar al hospital y cuando no pudo andar más llamó a emergencias.

El hombre todavía no se ha hecho la reconstrucción y asegura que ha perdido los dos bares y que ahora trabaja en un supermercado cobrando menos de 600 euros y pagando 300 de alquiler de la habitación donde vive. El hombre tiene problemas para orinar y no ha vuelto a mantener relaciones sexuales desde aquel momento, a la espera de hacer la reconstrucción, que es un proceso muy largo. Al mismo tiempo, también asegura que ha necesitado apoyo psicológico después del ataque que sufrió por parte de quien era su amante.

Además de los siete años de prisión, la condenada tendrá que pagar una indemnización de 250.000 euros. Ella ha pedido no tener que volver a la prisión; ahora hará falta que su defensa presente el recurso y que la sala decida.