Los Mossos d'Esquadra están en alerta. El pasado 5 de enero fue dejado en libertad un hombre de nacionalidad española, Roberto M. J., que después de estar quince años en la prisión ha cumplido la condena y ya puede salir a la calle. Aunque ha sido recluido durante años, todos los informes aseguran que el hombre tiene "un riesgo alto de reincidencia delictiva violenta". El hombre, que salió de la prisión el pasado 5 de enero, fue condenado por varios delitos de agresión sexual a chicos menores de edad en la ciudad de Lleida.

Ya en la prisión, fue condenado por intentar matar a otro preso cuando lo atacó con una cuchilla en el cuello en una pelea. Los Mossos tienen información, del testimonio del hombre cuando salió de la prisión, que su intención era instalarse de nuevo en Lleida aunque no descartaba también instalarse en Barcelona. Por sus antecedentes y por su violencia, los Mossos han difundido la fotografía a todas las patrullas policiales y se ha pedido que si es identificado, que se alerta a las unidades de investigación de Lleida, para hacerle seguimiento.

Sin "libertad vigilada"

Roberto M. J. ha quedado en libertad después de cumplir la condena y en el momento que fue condenado no existía la "libertad vigilada", un tipo de seguimiento que el juez dicta ahora a personas por este tipo de delito, que permite, si la persona acaba su condena y las juntas de tratamiento de los centros penitenciarios creen que no se ha rehabilitado, poder vigilarlo de manera legal.

En el caso de este hombre, que no fue condenado a esta "libertad vigilada", no queda más remedio que alertar a las patrullas y hacer una vigilancia no amparada por la ley.

Un currículum peligroso y violento

Según consta a los antecedentes del hombre que quedó en libertad la noche de Reyes, fue condenado por agresiones sexuales a jóvenes menores de edad y también por una tentativa de homicidio, por haber intentado matar a un compañero de módulo en la prisión, atacándolo con una cuchilla. El dictamen de la junta de tratamiento es claro. Los técnicos que evalúan a los presos durante su estancia en la prisión aseguran que el hombre tiene "un riesgo alto de reincidencia delictiva violenta", un hecho que lo convierte en muy peligroso, teniendo en cuenta que sus víctimas, antes de entrar en la prisión, eran niños menores de edad.