Peligrosa persecución la que este pasado lunes se vivió por las carreteras de Tarragona con un multirreincidente intentando huir de los Mossos con su pareja y su hija de once meses en el coche. Todo empezó en un control policial que agentes de la Unidad de Tráfico tenían montado en la rotonda de acceso a la AP-7 en Reus. Al ver que uno de los vehículos que se aproximaba a él estaba circulando con la ITV caducada, según indicaba la pegatina del parabrisas, los agentes le ordenaron al conductor que se detuviera. En un primer momento, parecía que accedía a la petición, pero justo antes de detenerse apretó el acelerador y huyó a toda velocidad, hasta el punto que uno de los efectivos policiales se tuvo que apartar para no ser atropellado.

El vehículo hizo varios adelantamientos temerarios y se incorporó a la carretera T-11 en dirección a Tarragona, mientras las patrullas de los Mossos lo seguían, tal como ha adelantado el Diari de Tarragona. Para intentar despistar a los policías, les quiso hacer creer que cogería la A-7 para acabar haciendo un volantazo a última hora o les intentó echar de la carretera con maniobras peligrosas. Acto seguido, el fugitivo se incorporó temerariamente a la A-27, provocando que un camión tuviera que frenar bruscamente para no embestirlo, y volvió a salir de ella para ir hacia el polígono Francolí de Tarragona. Durante la persecución, el conductor llegó a circular en dirección contraria y haciendo cambios de carriles peligrosos.

Un accidente con su hija de once meses en el coche

Finalmente, ya en el polígono industrial de Tarragona, el fugitivo perdió el control del vehículo y acabó chocando contra dos vehículos estacionados, tal como han explicado fuentes policiales a ElCaso.com. La sorpresa de los agentes de los Mossos fue cuando descubrieron que dentro del vehículo también viajaban la pareja del conductor y la hija que tenían en común, una niña de solo once meses. Los tres fueron trasladados a un centro hospitalario para que recibieran atención médica, aunque las lesiones que presentaban eran leves. Al identificar al hombre, un español de 33 años con una treintena de antecedentes, la mayoría por robos, descubrieron que no tenía el carnet de conducir y que, además, sobre él pesaban cinco órdenes de ingreso en prisión. Por este motivo, quedó detenido, además de por las cinco órdenes vigentes, por conducción sin disponer del permiso de conducir, conducción temeraria, lesiones por imprudencia grave y resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad.