Un patinete eléctrico vuelve a provocar un incendio con heridos en Catalunya. Sin embargo, en este caso no ha estado en el interior de un tren de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) como sucedió en noviembre en la estación de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), sino en un piso de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Así lo han apuntado desde bomberos, como causa más probable de un fuego que ha calcinado parte de la cuarta planta de un edificio situado en la calle Ciutat Condal del municipio este jueves por la tarde. El aviso a emergencias se ha dado hacia las cinco y cuarto de la tarde y media hora más tarde ya estaba apagado y totalmente extinguido. Pero, como en el caso del vagón de la operadora ferroviaria catalana, el incidente también ha dejado heridos: un total de 21, que han sido atendidos.

La rápida actuación de bomberos y todos los efectivos implicados ha evitado daños mayores. El Servicio de Emergencias Médicas (SEM) se trasladó inmediatamente cuando recibió el aviso con seis dotaciones, y el cuerpo que extinguió el fuego lo hizo con diez. Mientras han durado las actuaciones para apagar las llamas, en la planta baja del edificio, ha hecho falta confinar doce personas. Respecto a los 21 atendidos con heridas de diferente consideración, el SEM ha indicado que seis han tenido que ser evacuados a un centro hospitalario con pronóstico menos grave, tres -un adulto y dos menores- al Centro de Urgencias de Atención Primaria (CUAP) Cobalto y los otros once han sido atendidos in situ en el lugar de los hechos. Con respecto a los ingresados en hospitales, un menor ha ido al Sant Joan de Déu y dos adultos al General de L'Hospitalet de Llobregat. El resto de vecinos del edificio ya han podido volver a casa.

Accidentes con patinetes eléctricos

Si las sospechas de bomberos son ciertas, este será otro de los accidentes con patinetes eléctricos que se incluirá en la lista de siniestros de Catalunya. Como ya pasó en FGC, la batería parece ser uno de los puntos frágiles de estos aparatos que a pesar de estar descargada podría explotar y provocar daños a las personas e infraestructuras próximas. Precisamente por eso, los diferentes operadores de bus, metro, tranvía y trenes (Rodalies y FGC) han adaptado sus respectivos reglamentos para incluir la prohibición de llevar estos aparatos en el transporte público a partir del 1 de febrero y durante seis meses, según el veto temporal impulsado por la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM). Las denuncias que formulen los equipos de intervención comportarán una sanción de 200 euros.