Cada vez van saliendo a la luz más detalles del auténtico infierno que han tenido que vivir ocho menores de edad maltratados por sus padres en la localidad madrileña de Colmenar Viejo. El caso se conoció gracias a la denuncia de la amiga de una de las hijas de la familia, que explicó a la Guardia Civil el calvario que tenía que vivir. A partir de eso, se activó el protocolo de investigación del entorno familiar y agentes del cuerpo armado fueron hasta el domicilio familiar.

Allí descubrieron que eran ocho hermanos de entre 4 y 14 años que vivían en condiciones de insalubridad y que tenían indicios de ser víctimas de violencia doméstica. Los padres fueron detenidos el pasado 29 de marzo, aunque han sido dejados en libertad después de pasar a disposición judicial. Eso sí, se les ha retirado la patria potestad de los menores y se les ha impuesto una orden de alejamiento, mientras que los niños han sido trasladados a un centro de acogida.

Los menores vivían un auténtico infierno encerrados en casa

Los agentes de la Guardia Civil descubrieron que los niños malvivían confinados en una habitación llena de basura y tenían prohibido ir al salón y a uno de los dos baños de la casa. Además, el padre los castigaba dándoles una paliza o los cerraba durante horas en el patio de la vivienda para que pasaran frío en la intemperie. Algunos de sus vecinos aseguran que los menores estaban "siempre solos" y que llegaron a prender fuego a la valla y estuvieron a punto de incendiar su casa.

Según se ha podido acreditar, los menores tampoco iban a clase y los docentes estaban muy preocupados, pero el padre justificaba las ausencias utilizando su profesión de médico en un hospital de Madrid. De hecho, al progenitor también se lo investiga por un posible hurto en el centro hospitalario donde trabaja, ya que en el registro en el domicilio se encontraron grandes cantidades de material sanitario y uniformes de hospital sin que pudiera acreditar el origen.

Los investigadores también encontraron indicios que el padre no solo maltrataba a los hijos, sino también a su propia mujer, sobre la cual tenía una orden de alejamiento a pesar de vivir juntos en la misma casa. Dentro de este contexto, los ocho menores han ingresado en un centro de primera acogida de la Comunidad de Madrid. Los expertos apuntan que este infierno que han tenido que vivir los niños les dejará una importante huella psicológica y que necesitarán años de tratamiento para poder superarlo.