Este jueves se cumplen nueve años del asesinato de Asunta Basterra, una niña de 12 años, que murió a manos de sus padres en La Coruña (Galicia). Después de casi una década, todavía no está claro el móvil del crimen. Lo que sí que está claro es que sus padres la mataron y dejaron su cadáver abandonado en una pista forestal, pero nadie sabe por qué lo hicieron.

Todo empezó cuando Asunta Basterra Porto desapareció en extrañas circunstancias el 21 de septiembre del 2013. Un día más tarde, un vecino de Teo, un pequeño municipio gallego de poco más de 18.000 habitantes, vio su cadáver. Asunta era una niña adoptada y su caso fue uno de los pioneros de Galicia y sus padres, Alfonso Basterra y Rosario Porto, salieron a muchos medios de comunicación para hablar del tema de la adopción.

Operación Nenúfar

El cadáver de Asunta fue encontrado atado con unas cuerdas, unas cuerdas muy peculiares que se encontraron en casa la madre de la niña. De hecho, este fue un indicio tan incriminatorio que la detuvieron el mismo día que estaban haciendo el funeral de la niña. Al cabo de poco, también detuvieron al padre como presunto autor de los hechos en el marco de la operación Nenúfar.

Las pruebas e indicios incriminatorios

Además, a la autopsia comprobaron que tenía cantidades de ansiolíticos muy elevadas. Eso, sumado al testimonio de su profesora de danza, también fue clave para incriminarla, ya que la mujer asegura que la niña le dijo que estaba muy mareada y que hacía dos días que dormía, que sus padres le estaban dando alguna cosa que no le hacía bien. Sus padres se defendieron diciendo que tenía alergia, pero era mentira.

Asunta Basterra / Archivo
Asunta Basterra fue asesinada hace nueve años en la Coruña / Archivo

Nadie sabe por qué sus padres la mataron: posible explicación de la psiquiatra

Lo que todo el mundo se pregunta es el móvil del crimen y por qué unos padres tendrían necesidad de matar a su propia hija de manera tan cruel. Rosario Porto hacía tiempo que tenía depresión y había explicado a su psiquiatra que su hija le molestaba y eso podría haber motivado el crimen. Rosario se suicidó en la cárcel defendiendo su inocencia y, el otro asesino, Alfonso Basterra, sigue cumpliendo condena en la prisión de Teixeiro, en la Coruña.