El quinto crimen machista del año en España, a pocos días de empezar 2023, fue de unas magnitudes no muy habituales. El cuerpo sin vida de Natalia M., colombiana de 46 años, apareció flotando descuartizada, sin manos ni cabeza, en una playa de Marbella (Málaga) tras llevar varios días desaparecida. La investigación pasó a manos de la Guardia Civil, dado que el cuerpo policial tiene la competencia marítima, que inició las indagaciones correspondientes hasta encontrar al exnovio de la mujer que apareció muerta delante de un restaurante costero. Leonel H., también de nacionalidad colombiana y 45 años, fue arrestado poco después y se cerró en banda con mentiras y evasiones a las preguntas de la Policía Nacional, que se encargaban de comprobar las respuestas y desmentirlas, según ha explicado Diario Sur.
Leonel acabó confesando en la playa dónde este domingo se encontró el cadáver de la mujer sin manos ni cabeza, con un corte en el abdomen. Hasta allí lo llevaron los agentes para hacer un último intento antes de que se agotaran las 72 horas que lo podían mantener retenido. Así, pues, y con el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil todavía trabajando en el ADN encontrado en el cadáver, explicó que mantuvo una relación sentimental con Natalia. Cinco meses solamente y que acabó muy mal, precisamente porque, según las denuncias y condenas, la maltrataba.
Seis meses de prisión por maltratarla
Es decir, antes de acabar con su vida, el hombre ya la agredió y así constaba en los historiales de denuncias y posterior condena. El magistrado decretó seis meses de prisión para Leonel, pero la Fiscalía accedió a cambiar esta pena, si no volvía a delinquir, por dieciséis meses de alejamiento respecto de su ya expareja, según ha explicado de fuentes judiciales el medio citado. Aunque el individuo siguió molestando a Natalia, llamándola por teléfono, cosa que tenía prohibida.
La identificación de la fisonomía de Natalia por uno de los hermanos en las redes sociales y la colaboración entre Policía Nacional y Guardia Civil ha sido fundamental para aclarar los hechos y pillar al asesino. La principal hipótesis de los agentes es que Leonel la mató porque ella no quiso volver con él y, una vez sin vida, la descuartizó cortándole la cabeza y las manos para que no pudiera ser identificada. Con respecto a la gran incisión en el abdomen era, en un principio, para que el cadáver no flotara y, por lo tanto, no quedara varado en la costa.
En estos momentos, los submarinistas del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, junto con la patrulla de Servicio Marítimo del mismo cuerpo, buscan los restos de la mujer colombiana de 46 años en aguas próximas a Marbella. Aunque localizar la cabeza y las manos en el mar es como "buscar una aguja en un pajar", han señalado fuentes de la investigación del caso a EFE.