No tenían antecedentes, pero tenían una pistola escondida en el comedor de casa, en Palafolls. Los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Blanes han detenido a cinco personas relacionadas con dos plantaciones de marihuana que funcionaban a pleno rendimiento en dos chalets: uno en Blanes, en la comarca de la Selva, y otro en Palafolls, en el Maresme.
El pasado mes de febrero, los agentes tuvieron conocimiento de que en el número 6 de la calle de Migjorn, en Blanes, había una plantación de marihuana. Fruto de las investigaciones para confirmarlo —uno de los pasos clave para obtener la autorización judicial para acceder— se descubrió que las personas que entraban y salían de aquella casa tenían también una vivienda en Palafolls, en proceso de reforma, donde se sospechaba que podría haber una segunda plantación. La investigación avanzó hasta el pasado 26 de marzo, cuando, una vez obtenida la autorización judicial, se pudo acceder a los dos chalets, el de Blanes y el de Palafolls, para confirmar las sospechas. Y así fue. En el narcochalet de la calle de Migjorn casi no hizo falta ni entrar: el fuerte olor a marihuana ya marcaba el camino, según fuentes de la investigación. Desde el exterior también se oía el ruido que hacían las máquinas compresoras del aire acondicionado instaladas en el interior, que estaban a pleno rendimiento. En este chalet se detuvo a un hombre.
Plantas sin tierra
En Palafolls, en dos entradas a dos casas diferentes, se detuvo a cuatro personas —dos hombres y dos mujeres— de entre 25 y 45 años, con relaciones de pareja y de parentesco (padre e hijos) entre ellos. En una de estas entradas, en una vivienda en construcción con zona de garaje y almacén, la plantación tenía un sistema de cultivo técnico de tipo hidropónico, sin tierra, con plantas cultivadas con disoluciones minerales. En la sala de estar de esta casa se encontró un arma: una pistola detonadora semiautomática con munición.
En total, en las tres entradas se intervinieron 1.655 plantas y 20 kilos de cogollos de marihuana, 3.650 euros en efectivo y varios teléfonos móviles. La compañía eléctrica verificó la existencia de conexiones fraudulentas en dos de las casas, ya que tenían doble acometida. La defraudación, en total, ascendía a cerca de 30.000 euros. Los cinco detenidos —dos mujeres y tres hombres, de nacionalidades italiana, venezolana y catalana— fueron puestos a disposición del juzgado de guardia de Blanes, acusados de un delito contra la salud pública y de un delito de defraudación de fluido eléctrico.