E. C. N., el hombre que el 2 de noviembre de 2023 dio un puñetazo con resultado mortal al taxista Carlos Ríos en Barcelona, ha sido condenado a una multa de 2.520 euros por un delito de homicidio por imprudencia menos grave y lesiones leves. Esta ha sido la sentencia del juzgado de lo penal que ha llevado el caso, al considerar que la víctima no perdió la vida a consecuencia de la agresión, sino por la caída al suelo. El condenado tendrá que pagar también una indemnización de 65.000 euros a la familia, en contra de las demandas de la Fiscalía y de la acusación particular, que querían para E. C. N. cuatro años de cárcel. Por su parte, Élite Taxi ha asegurado que recurrirá la sentencia.
Durante el juicio, E. C. N. expresó que el día de los hechos estaba haciendo un reparto de comida a domicilio con su moto, acompañado de su pareja, cuando la víctima le gritó en un momento que se detuvo en un semáforo en rojo en la Travessera de les Corts, en el distrito de Les Corts de Barcelona. El taxista, según él, quería adelantarlos, pero no pudo. "Me detuve y decidí ir a hablar con él para saber qué le pasaba". Esta versión quedó reforzada por su pareja, quien declaró que la víctima salió del vehículo muy enfadado y con actitud "agresiva" y que dio un golpe a la moto que la hizo caer al suelo.
Un empujón con la mano abierta
En ese momento, las cosas escalaron, siempre según el acusado, que dijo que Ríos le propinó un golpe contra el casco de la moto después de acorralarlo contra un contenedor. "Para sacármelo de encima, lo empujé con la mano izquierda abierta", aseguró, contradiciendo la versión del puñetazo. Fue a raíz de este empujón que la víctima se cayó e impactó con su cabeza contra el asfalto. Un compañero de profesión de la víctima que pasaba con el taxi pudo grabar la agresión con la cámara que llevan en el coche y también declaró en el juicio: "Bajé del coche, pero no tuve tiempo de intervenir, porque enseguida vi cómo el motorista golpeaba la mandíbula del taxista y este se caía al suelo".
Los agentes de los Mossos d'Esquadra que intervinieron en el incidente aseguraron que los testigos se mostraron "coherentes" y que el acusado, después de los hechos, se mantuvo en silencio, colaboró en todo momento y que incluso se mostró "arrepentido".