En los últimos meses ir a poner gasolina a nuestro coche o moto se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza. Los precios de los carburantes están disparados, especialmente desde la guerra de Ucrania, y están batiendo récords históricos, superando los 2 euros por litro. El diésel, que siempre había sido mucho más económico que la gasolina, ahora es más caro. No es extraño, pues, que las gasolineras 'low cost' estén apareciendo por todas partes como setas, ya que se han convertido en un negocio muy rentable en una época en que los conductores buscan ahorrar todo lo que puedan a la hora de poner gasolina a su vehículo.

Pero intentar ahorrar y fijarse en los precios de los carburantes para saber qué estación de servicio está la más barata no es lo único que se tendría que hacer. También hay que estar atento a una acción a la hora de poner gasolina que algunas personas hacen y que está prohibida. De hecho, la Dirección General de Tráfico (DGT) podría poner una multa de 100 euros por eso. Se trata de no apagar el motor o de dejar encendido algún sistema eléctrico.

Está prohibido poner gasolina sin parar el motor, con la radio encendida o utilizando el móvil

Según el artículo 115 del Reglamento de Circulación en España, "para cargar combustible en el depósito del vehículo, este tiene que estar con el motor parado. Los propietarios de aparatos distribuidores de combustibles o empleados de estos últimos no podrán facilitar el combustible para su carga si no está parado el motor y apagados las luces de los vehículos, los sistemas eléctricos como la radio y los dispositivos emisores de radiación electromagnética como los teléfonos móviles".

Es decir, que a la hora de poner gasolina se tiene que tener el motor parado y se tiene que sacar las llaves del contacto. También se tiene que tener la radio apagada y no se puede estar utilizando el teléfono móvil hasta que salga de la estación de servicio. Cometer alguna de estas infracciones podría considerarse como una infracción leve, lo que podría comportar una sanción de 100 euros. La DGT considera que estas acciones son un atentado contra la seguridad de las personas.