Las tiendas de antigüedades y de objetos o ropa de segunda mano esconden muchas historias y objetos inusuales que no se podrían encontrar de ninguna otra manera. Laura Young, una mujer de Austin (Texas, Estados Unidos), todavía se sorprende cuando piensa en el increíble hallazgo que hizo en una de estas tiendas y que adquirió a precio de ganga. Poco después descubrió que el objeto que había comprado tenía un valor incalculable.
Young trabaja como vendedora de antigüedades y, a menudo, visita tiendas especializadas para adquirir nuevo material para su negocio. En una de estas visitas a la popular cadena de tiendas de segunda mano Goodwill, Young chocó con un objeto que, por su propia trayectoria profesional, sabía que tenía algo especial. El precio que marcaba era especialmente bajo: solo treinta y cinco dólares. La mujer no dudó y compró la ganga.
La ganga era un objeto histórico
Young adquirió una escultura de un busto humano, una pieza que simulaba las esculturas romanas que ahora están de moda. No obstante, tal como explica la mujer a los medios, al coger el busto con sus manos pudo comprobar de primera mano que su aspecto era "bastante antiguo". Una vez adquirido, lo observó a la luz del día y, según afirma, oyó que había comprado un objeto muy especial. El presentimiento que tuvo Young fue, de hecho, muy acertado. Después de examinar la pieza ella misma, y de llevarla a varios anticuarios y consultores, la mujer confirmó lo que había imaginado. La ganga de solamente treinta y cinco dólares era, realmente, una escultura de más de dos mil años de antigüedad correspondiente a la época romana, cuyo precio es incalculable. Este proceso no fue rápido: Young ha tardado años a confirmar la autenticidad de la escultura, así como a aclarar la ruta que había hecho la estatua para acabar llegando, después de dos mil años, al estado de Texas.
La mujer investigó la historia de la estatua
Los especialistas consultados por Young determinaron que la escultura fechaba entre principios del siglo I a.C. y finales del siglo I d.C., de la época perteneciente a la dinastía Julio-Claudia. Según los expertos consultados, la estatua es, probablemente, un retrato de Sexto Pompeyo, un militar y político romano que dedicó la suya a vengar la muerte de su padre, Pompeyo Magno quien, después de luchar en una guerra civil contra Julio César, fue asesinado en Egipto. Tal como afirma la experta que la analizó, se trata de una estatua enemiga del Imperio Romano, y resulta muy extraño que alguien la preservara durante tanto de tiempo.
El objeto habría sido escondido durante ochenta años
Laura Young empezó, a la vez, una investigación para determinar como un busto de mármol de más de dos mil años de antigüedad, original de la Roma Antigua, había ido a parar a una tienda de segunda mano de la ciudad de Austin. Así pues, descubrió que el primer registro del busto fechaba del año 1833 y aparecía en el inventario de la colección de arte del rey Ludwig I de Baviera, en Alemania. En enero de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados bombardearon las instalaciones donde el rey almacenaba su colección de arte, y estuvo entonces cuando se perdió la pista en el busto. Los investigadores creen que la hipótesis más probable es que un soldado se lo llevara de vuelta a los Estados Unidos una vez acabado el conflicto, y lo mantuviera todo este tiempo oculto hasta que Young lo encontró. La mujer consiguió también ponerse en contacto con las autoridades de Baviera con el fin de devolver el busto, después de poner como a condición de que primero se exhibiera en Austin.