Un niño de 13 años ha muerto por culpa de una bala perdida durante un tiroteo entre la policía y unos ladrones en la localidad de Recife, en Brasil. Los hechos tuvieron lugar este sábado por la noche después de que una mujer denunciara que le acababan de robar el coche. La policía, gracias al GPS del vehículo, lo pudo rastrear y lo localizó en un barrio en el sur de la ciudad. Ordenaron al conductor que se detuviera, pero este hizo caso omiso y apretó el acelerador para huir a toda velocidad, momento en que las patrullas policiales empezaron a perseguirlo.
La persecución acabó después de que los ladrones sufrieran un accidente con el coche. Los cuatro delincuentes que iban en el vehículo bajaron y empezaron a disparar contra los policías con las armas de fuego que llevaban. Los agentes, según la versión oficial, los contestaron de la misma manera, empezando un tiroteo entre los criminales y las fuerzas de seguridad. Finalmente, dos de los ladrones consiguieron escapar, mientras que los otros dos pudieron ser detenidos. Uno de ellos estaba herido por un impacto de bala, mientras el otro presentaba lesiones por culpa del accidente.
Un niño de 13 años, muerte por una bala perdida
El tiroteo, en medio de la calle llena de gente, acabó de manera fatal. Un niño de 13 años que estaba en la acera hablando con unas amigas recibió el impacto de una de las balas, quedando gravemente herido, tal como apunta Diario de Pernambuco. Una patrulla de la policía tuvo que acudir al auxilio del menor, un jugador de fútbol sala del equipo sub-14 del Sport. El joven pudo ser trasladado con vida al hospital, pero la herida era tan grave que acabó muriendo en el centro hospitalario. El club de Recife donde jugaba ha deseado "fuerza a los amigos y familiares" de la víctima "en estos tristes momentos".