Imagina estar a punto de casarte y descubrir justo el día antes de la boda que tu pareja te ha estado estafando durante meses sin que lo supieras. Esto es exactamente lo que le ha pasado a una mujer de Brasil que ha perdido miles de euros por confiar en su prometido, que la había engañado utilizando su cuenta para comprarse coches y acumular deudas. El estafador, un hombre de 50 años, se aprovechaba de su pareja para hacerle firmar documentos legales, diciéndole que era por cuestiones laborales, cuando en realidad se estaba quedando con todo el dinero.

La víctima, una mujer de 60 años, ha explicado toda la historia a RPC, una cadena de televisión del país, y es digna de película. Ambos se conocieron a través de las redes sociales, y después de hablar durante un tiempo, comenzaron a salir juntos, etapa que duró siete meses. Durante este tiempo, el hombre le dijo a su pareja que había comprado un piso a nombre de ambos por un negocio inmobiliario y la convenció para firmar unos documentos, diciéndole que eran para temas del domicilio, cuando realmente era una estafa. El hombre se aprovechó de su pareja para obtener su firma digital y su información personal, cosas que aprovechó para pedir créditos bancarios en su nombre, comprarse varias cosas, entre otras, dos coches, y abrir otras cuentas donde enviaba el dinero de la víctima para utilizarlo como si fuera ella.

Desaparece sin dejar rastro

Más adelante, el hombre decidió ir un paso más allá en cuanto a la relación, y le pidió matrimonio. Ella aceptó y comenzó a preparar la boda, una ceremonia que nunca llegaría a celebrarse. La víctima descubrió diversas irregularidades en sus cuentas, ató cabos y confrontó al estafador, pidiéndole explicaciones. En ese momento, viéndose atrapado, el hombre rompió con ella, le vació las cuentas y desapareció, dejándola completamente arruinada y con préstamos, habiéndole sustraído unos 47.000 euros en total.

Finalmente, el 15 de octubre, se localizó al estafador y se le detuvo, acusado de estafa sentimental, falsedad ideológica, daños emocionales y hurto calificado. Además, se descubrió que la mujer no era la única víctima que había caído en aquella trampa, sino que el hombre llevaba desde 2014 engañando a otras mujeres, como mínimo a ocho, de forma similar.