Este viernes ha quedado visto para sentencia el juicio contra Brian Raimundo, el hombre de 24 años, boliviano, que está acusado de haber intentado matar y agredir sexualmente a una chica de 16 años la noche de la Castanyada de 2021, en Igualada, la capital de l'Anoia. Durante toda la semana se han escuchado los testimonios del caso, entre ellos, agentes de los Mossos que llevaron la investigación y también especialistas de la policía catalana que perfilaron al agresor, el monstruo de Igualada, y también forenses, que certificaron que las lesiones de la chica menor de edad no las habían visto nunca en una agresión sexual y que, sin dudas, habría podido morir por aquel brutal ataque. El agresor, después, la dejó abandonada y medio desnuda, en la calle, con un frío muy duro, aquella madrugada en Igualada.
Hoy, antes de finalizar, ha sido el turno de las partes personadas en la causa para explicar su posicionamiento después de escuchar todas las pruebas que se han conocido durante el juicio, si bien se ha hecho sin sorpresas. La primera en hacerlo ha sido Paola Tejada, la fiscal que ha llevado el caso, que se estrenaba con un juicio en la Audiencia de Barcelona, y con un caso nada fácil. Es un sumario de más de 3.000 páginas y con tres tomos solo de todos los indicios que los Mossos encontraron contra el acusado.
Todo apunta a Brian Raimundo
La carga de prueba contra Brian Raimundo le ha puesto, eso sí, fácil a la joven fiscal, que ha salido airosa. Habrá que ver si el tribunal acepta su petición de pena. Tejada ha pedido -y las otras partes se han sumado todas- 45 años de prisión, 15 por la agresión sexual y 30 por el intento de homicidio. Los dos delitos han quedado probados durante la vista oral.
Al menos, eso cree la fiscal. Durante su turno, Tejada ha repasado todos los indicios que van en la misma dirección: la sangre en la chaqueta y la geolocalización de Brian Raimundo en el lugar de los hechos. Durante la declaración, el acusado aseguró que la chaqueta la encontró más tarde, ya sucia de la sangre de la chica, y que se la puso para evitar el frío que hacía, pero las imágenes del vídeo que grabó un vecino de la zona, alrededor de las dos de la madrugada, y antes de que se cometiera la agresión, ya la llevaba puesta.
Si bien la fiscal no ha podido acreditar con qué objeto fue violada la chica, sí ha recordado que los forenses dijeron que debía ser algún objeto contundente, por las heridas que sufrió, analmente y vaginalmente. Durante el registro en su casa se encontró un puño americano con restos de sangre, que la policía sospecha que fue el arma que utilizó durante este brutal ataque.
La quiso subyugar de manera machista para humillarla como mujer
"El acusado atacó a la joven de manera supresiva, en una zona con poca luz y sin que pudiera defenderse, le dio un fuerte golpe en la cabeza", ha recordado la fiscal. El objetivo del monstruo de Igualada era provocar el máximo de sufrimiento posible a su víctima, "maldad brutal", sin ninguna finalidad más allá de hacerle daño. Los golpes contra la chica, durante la agresión sexual, fueron constantes, y le habrían podido provocar la muerte. Es un milagro que esté viva. "No solo la violó, la quiso subyugar de manera machista para humillarla como mujer", ha apuntado la fiscal. Estas agresiones, que la dejaron sin memoria de los hechos, por el estrés postraumático, han necesitado diversas intervenciones quirúrgicas y unas secuelas físicas y psicológicas que no se borrarán nunca.
Las otras acusaciones, la particular, de la familia de la chica, y también las populares, de la Generalitat de Catalunya, los ayuntamientos de Igualada y Masquefa, y de Vox, se han sumado a las conclusiones de la fiscal de manera casi idéntica. Por su parte, la defensa de Brian Raimundo, liderada por un abogado de oficio, también ha intervenido. El caso, ahora sí, ha quedado visto para sentencia a la espera de la resolución de la sala, que servirá para saber, si es condenado, cuántos años tendrá que pasar en prisión.