Muchas veces pagamos en efectivo y cuando nos vuelven el dinero lo metemos en la cartera o en el bolsillo y nos olvidamos. Seguramente sin fijarnos en la moneda que nos acaban de dar, qué dibujo tiene o de qué país es. Si acostumbran a ser de pocos céntimos, su valor ínfimo hace que se queden allí acumulando polvo durante meses porque nos da cosa pagar con ellas. Pero la realidad es que este tipo de moneda, aunque tenían un valor muy pequeño cuando se fabricaron, con el paso de los años se pueden haber vuelto muy valiosas. Por eso hay que revisarlas de vez en cuando, no fuera el caso que nos lleváramos una sorpresa y pudiéramos ganar un dinero inesperado.

En el mundo del coleccionismo de monedas se puede llegar a pagar mucho dinero por una simple pieza. Cuanto más única y mejor conservada esté, más se puede llegar a pagar. Muchas veces no se sabe dónde están estos ejemplares, y puede ser que lo tenga alguien y no lo sepa. Puede pasar por ejemplo con la moneda de cinco céntimos más cara del mundo. Aunque cuándo se fabricó a duras penas tenía valor económico, actualmente en muchas plataformas se pueden llegar a pagar más de 500 euros por ella. En casos extremos, incluso, se llegan a ofrecer 950 euros si está muy bien conservada en portales como Ebay o Etsy. Por el contrario, en otros portales como Wallapop el precio puede bajar hasta 250 euros.

A la derecha, la moneda acuñada en Francia en el año 1999 que se ha convertido en la más buscada del mundo. Foto: Cedida

Una moneda francesa de 1999, los cinco céntimos más valiosos del mundo

Se trata de una moneda acuñada en Francia el año 1999 y diseñada por Fabienne Coutiade, grabadora de la Casa de la Moneda de París. En el anverso aparece el rostro de una joven Marianne, una figura alegórica de personificación nacional que se ha convertido en uno de los símbolos de la República Francesa. La que podría ser una simple moneda cualquiera, se convierte en especial porque, si se compara con otras monedas de cinco céntimos con el mismo diseño, se ve como en esta acuñación en concreto el rostro aparece ligeramente deformado. Eso hizo que rápidamente se retirara de la circulación, motivo por el cual todavía tiene más valor porque se conservan pocos ejemplares.