De "cambiarle la vida" a matarla en vida. Francisco Berenguer, de 53 años, ayer mató —según creen los Mossos— a sus dos hijos, de 7 y 10 años, una niña y un niño, y después se quitó la vida, en Barcelona. Presuntamente, cerró las puertas y ventanas de su casa, abrió el gas y los dejó morir. Alrededor de las cinco de la tarde, cuando la madre denunció que el padre, de quien llevaba separada casi tres años, no los había llevado a la escuela, los Mossos se encontraron el macabro escenario.

Los dos niños y el padre murieron en los bajos cuarta del número 47 de la avenida Universal, en el barrio de Horta de Barcelona. La investigación deberá certificarlo, pero en estos momentos la principal hipótesis de los Mossos es que el hombre lo hizo para acabar con la vida de los dos niños y hacer daño a la madre de las criaturas.

Matar a la madre en vida

Este nuevo episodio de violencia doméstica, si se confirma, demuestra de nuevo el dolor inexplicable e inasumible que genera un crimen como este. Ninguna razón puede ayudar a entender el hecho, que tiene como único objetivo hacer daño a la madre a través de los niños —en este caso, asesinando a los dos menores— en lo que se conoce como violencia vicaria.

Francisco Berenguer aseguraba que cuando conoció a la madre de sus hijos "le había cambiado la vida". Con ella, más joven, habían tenido a los dos pequeños y años más tarde, se separaron y se fueron a vivir en casas distintas. Él tenía los dos niños cada quince días, algunos fines de semana y parte de las vacaciones escolares, que pasaban los tres juntos en estos bajos de la avenida Universal. Ahora, asesinando a los dos niños —si, tal como creen los Mossos, se acaba confirmando— ha matado en vida a la madre de las criaturas.

La familia de Francisco no se lo cree

Las pruebas forenses y la inspección ocular que los agentes de la Policia Científica de los Mossos efectuaron en los bajos deberán aclarar los hechos, que por ahora parecen claros para los investigadores del grupo de Homicidis de la policía catalana de la región de Barcelona, que siguen, bajo la tutela del juzgado de instrucción 26 de Barcelona y bajo secreto de sumario, la investigación. La familia, sin embargo, no se lo cree.

La hermana de Francisco ha publicado un escrito donde asegura que los niños se los entregaron el domingo y acusa a los medios de decir "mentiras". En la misma publicación, asegura que "los amaba con locura, eran su vida y se desvivía por ellos". Otros familiares y amigos de Francisco, o Paco, como le llamaban, también aseguran que no se creen la versión policial y que esperan que la investigación aclare que se trata de un accidente.

No les llevó a la escuela, la alerta

El hombre tenía que devolver los niños a la madre este lunes, tras las vacaciones de Navidad. Estaba previsto que Francisco llevara a los dos hermanos a la escuela, donde serían recogidos por la madre. La mujer, sin embargo, al ver que el hombre no había llevado a los niños al centro, llamó al 112 y formalizó una denuncia. Los Mossos d'Esquadra, alrededor de las cinco y media de la tarde, se presentaron en los bajos donde vivía el hombre y encontraron los tres cuerpos, los de los dos niños y el del padre. Del interior del piso salía un fuerte olor de gas y ya no se pudo hacer nada para salvarle la vida a ninguno de los tres.

Agentes de la Unitat de Seguretat Ciutadana (USC) de la comisaría de Horta quedaron conmocionados por el escenario que se encontraron. Los niños estaban en el interior del piso, sin vida, con el cuerpo de su padre, también, los tres sin heridas externas. Ahora será la autopsia, que está prevista que se realice este martes, la que deberá aclarar cómo murieron, el tiempo que llevaban muertos y otros detalles que pueden ser relevantes para esta investigación, que sigue ahora bajo secreto de sumario.