Una de las técnicas de los Mossos para confirmar que en una casa o nave industrial hay una plantación de marihuana es, en colaboración con las empresas de suministro eléctrico, detectar consumos irregulares, enganches y que no se pagan. Los narcotraficantes, hasta ahora, hacían trampas con los contadores para conseguir más beneficios no pagando el consumo eléctrico de las plantaciones de interior, que consumen mucha electricidad. Ahora, sin embargo, en Lleida, los Mossos de la División de Investigación Criminal (DIC) de Ponent y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) han descubierto que, para intentar complicar el trabajo a la policía, un narcotraficante, un joven de nacionalidad española de 34 años, al ver que el negocio es rentable, pagaba el consumo eléctrico que generaban sus plantaciones desde su cuenta bancaria. Los Mossos ya tenían parte del trabajo hecho.
Plantas en Lleida y en Torres de Segre
A principios de enero se abrió una investigación por una posible plantación de marihuana de interior en un apartamento de la calle de Joan Baiget de Lleida. Los vecinos habían tenido diversos enfrentamientos con el joven y pusieron los hechos en conocimiento de la policía. Las indagaciones posteriores y vigilancias con drones policiales confirmaron que en la terraza de uno de los áticos, donde vivía el joven, había una estructura con las plantas. Durante la fase de investigación, y mientras realizaban vigilancias en el piso para acreditar que el hombre que creían que era el responsable de la plantación, pudieron saber que tenía una casa de tres plantas en la calle Sinoga de Torres de Segre (Segrià). También se realizaron comprobaciones en el lugar y se detectó que había una instalación de marihuana indoor, atendida por otro hombre, un indigente del pueblo de 60 años, contratado para vigilar las plantas del principal investigado. El joven arrestado pagaba desde su cuenta corriente los elevados consumos de luz que generaban las dos plantaciones, casi tres veces más elevado que lo que consume, de media, un inmueble en Cataluña. Además, durante los meses de verano, cuando no hace falta tanta potencia para mantener las plantas, el consumo bajaba.
La primera actuación fue en Lleida, donde comisaron 74 plantas de marihuana y más de cinco kilos de cogollos secos, preparados para su venta. También detuvieron al principal sospechoso y propietario de las plantaciones. A continuación, se entró en la casa de Torres de Segre, donde comisaron 57 plantas de marihuana y más de dos kilos de cogollos secos que estaban preparando para vender. En esta actuación detuvieron al segundo implicado, que era el encargado de cuidar las plantas, tal como ha podido saber ElCaso.com. Los detenidos pasaron al día siguiente de los hechos a disposición judicial en Lleida y quedaron, los dos, en libertad con cargos por un delito contra la salud pública. Aunque se trata de una intervención de drogas de poca relevancia, teniendo en cuenta el mercado de la marihuana en Cataluña, sí que es un caso paradigmático,