Khawla Elhaiba, Jaula para los amigos, aparecía muerta a los 14 años en Alcalá la Real, Jaén, este martes. Tras horas desaparecida, la Guardia Civil recibía una llamada del asesino, de 22 años, que les informaba de que la había matado en los alrededores de la Fortaleza de la Mota, cerca del castillo de la localidad. Aunque aún no se conoce el tipo de relación entre víctima y asesino, se sospecha que mantuvieron relaciones sexuales o que él la agredió sexualmente, tras lo cual la mató asfixiándola.
Nueva hipótesis de la muerte de Khawla en Alcalá la Real
De momento, el informe preliminar de la autopsia ha determinado como causa de la muerte una asfixia. Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, donde el joven que la había matado, de 22 años, les esperaba junto al cuerpo semidesnudo y sin vida de la menor, que cursaba tercero de la ESO. El sitio en el que se encontraron la escena estaba dentro de un recinto cerrado de difícil acceso, rodeado por una valla. Se ha podido saber que la adolescente había mantenido relaciones sexuales, pero no tenía signos de defensa o heridas, por lo que se sospecha que pudo ser consentido.
Este es uno de los detalles que hacen sospechar que Khawla acompañó a su asesino de forma voluntaria, sin saber lo que le esperaba. De hecho, esa es la hipótesis que sostiene su madre, Hakima, que lo decía en la concentración celebrada en honor a la menor en Alcalá la Real este miércoles. La mujer, separada del padre de la niña, contra el que tiene una orden de alejamiento por violencia de género, llevaba buscando a su hija desde las ocho de la tarde.
La madre asegura que "le tendieron una trampa"
La víctima le había dicho a las cinco que se iba a casa de su amiga Marina para estudiar con el ordenador, pero nunca volvió. La llamada del asesino y hallazgo del cuerpo fue sobre las diez de la noche y finalmente Hakima identificaba el cuerpo de su única hija a medianoche a través de unas fotografías de la ropa que llevaba la niña el día del asesinato. "Le tendieron una trampa", clamaba Hakima ante los medios en la concentración.
"Mi única niña, mi corazón... Toda mi vida trabajando para que estudiara y ahora esto", sollozaba en la concentración, en la que se clamaba justicia para Jaula. En las mismas declaraciones aseguró que le tendieron una trampa a su hija, que no tenía novio "ni mierdas". Por su parte, algunas amigas de la niña han detallado que Khawla fue a casa de un amigo con un grupo de chicos y chicas, entre los que estaba el sospechoso, con quien en principio no mantenía ninguna relación sentimental.
El asesino confeso, de 22 años, de hecho, tiene antecedentes por una agresión sexual que cometió cuando tenía 15 años y era conocido por jugar al hockey en el equipo local. Sin embargo, no hay contra él denuncias por maltrato o violencia de género, además de no estar en el sistema de seguimiento de la policía. Tras confesar el crimen, el joven fue trasladado a la Comandancia de la Guardia Civil en Jaén, donde permanecerá hasta este viernes, que pasará a disposición judicial.