Luis Rodríguez-Toubes, un joven mallorquín de 22 años, acaba de salir de prisión. Cumplía condena por estafar a varias familias para que le cedieran su patrimonio, ganando millones y viviendo una gran vida de la que presumía. También aseguraba que su familia era amiga del rey Felipe VI. Su estafa ascendió a los 38 millones de euros y así fue uno de los casos más sonados, el de los señores de Garonda.
Luisito, el niño bien mallorquín que estafó 38 millones
Juan Ferrando y Ana María Bennaser, un matrimonio de 67 y 58 años, sin hijos, ambos descendientes de terratenientes mallorquines de quienes heredaron una fortuna fueron las víctimas perfectas para Luisito, nombre cariñoso por el que le conocían.
Se presentaba como nieto de un contralmirante de la Armada, sobrino del conde Torata y asegurando una estrecha relación con Felipe VI. Además, era nieto del médico de la familia y el hijo de Catalina Roselló, la vecina de su casa de verano.
El matrimonio, conocido también como los señores de Garonda, vieron en Rodríguez-Toubes el administrador perfecto para ampliar su patrimonio: quince fincas repartidas por Mallorca y valoradas en 38 millones de euros.
Con toda la confianza, le abrieron su casa en 2011, y él les ofreció, de entrada, la llamada "la casa de la criada", una "propiedad semiderruida lindante con la casa de la señora, la finca de al lado de nuestro chalet frente al club náutico de S'Estanyol", explicaba Ana María Benasser en el juicio celebrado un año después.
Primera venta: amistad con el rey Felipe VI y una casa en ruinas
"Se la compramos porque nos dijo que tenía también ciertos derechos para la compra preferente de la casa de la señora, entonces propiedad de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la CAM".
Según él, "antes había sido de su madre, Catalina, pero cuando la vendió, el nuevo dueño no pagó la totalidad del precio. Luis nos convenció de que él, como apoderado de su madre, obtendría mejor precio por la compra", añadió la mujer en declaraciones al juez recogidas por el Diario de Mallorca.
El precio acabó fijándose en un millón de euros, de los cuales el matrimonio solo pudo reunir 700.000, que entregaron en varios cheques a Rodríguez-Toubes. "Entonces nos dijo que no podíamos echarnos atrás o perderíamos todo lo que habíamos pagado", declaró la mujer.
Ceden todo su patrimonio al joven como aval para la compra
Ante esta especie de amenaza, aceptaron donar casi todo su patrimonio al joven, incluidas varias casas que tenían alquiladas.
El objetivo de todo ello era, según Luisito, que pudiese aparentar solvencia al banco y conseguir de esta forma, junto a unos presuntos bonos que el estafador tenía en la CAM, que la operación se cerrase.
"Luis nos dijo que él guardaría las escrituras en un cajón y nos las entregaría junto con la casa. La cesión era ficticia, solamente para exhibir ante la CAM", explicó Bennaser.
Pero en verano todo saltó por los aires con la llegada de una comisión judicial a S'Estanyol, que cambió las cerraduras de la casa de la criada y la de la señora, para sorpresa de las víctimas.
Ellos explicaron que acababan de comprar una de las casas y estaban tramitando la adquisición de la otra, pero la respuesta ya levantó sospechas: "Eso es una estafa". Cuando llamaron a Luis para pedirle explicaciones, les contestó: "No tengo dinero para volver atrás esos negocios".
Se destapa el engaño: acuerdo falso y sin derecho a vivir en su casa
Los señores de Garonda se enteraron entonces que no había acuerdo con la CAM y que habían asumido sin saberlo los impuestos de las donaciones, además de haber perdido el usufructo de sus viviendas -el derecho a habitarlas y disfrutarlas en vida-, incluida su residencia del momento en Llucmajor.
Volvieron a verse en el juzgado cuando el joven fue imputado. Allí, el veinteañero millonario se defendió asegurando: "Un día me dijeron que no tenían hijos y que les gustaría que su patrimonio quedara en alguien de su misma cuerda, de su misma clase social. Llucmajor es un pueblo pequeño y había cuatro familias que destacaban: la de ellos, la de mi madre y alguna más".
Rodríguez-Toubes condenado a prisión y a devolver todo
Finalmente, la Audiencia de Palma condenó a Rodríguez-Toubes a siete años de prisión por estafa en diciembre de 2015.
Según la sentencia, Luisito, al que Ferrando y Bennaser conocían desde niño, se aprovechó de que la pareja confiaba ciegamente en él para despojarlos de su patrimonio, sabiendo que "eran personas peculiares, de escasa formación cultural, que cuando confían en alguien, lo hacen con confianza plena".
Se ordenó también anular todas las donaciones y devolver las fincas al matrimonio, además de condenar a Luis y a su madre a pagar una indemnización de 389.154 euros que, según el medio citado, ya se ha pagado.
Cinco años en Mas d'Enric: ya está en libertad
La confirmación de la sentencia en el Tribunal Supremo llegó en octubre de 2016, cuando se ordenó su ingreso inmediato en prisión.
Pero Luisito desapareció y se ordenó su busca y captura hasta un mes después, cuando se presentó voluntariamente para cumplir su condena. Eso sí, eligió para ello la prisión de Mas d'Enric, en Tarragona, una de las más modernas de Europa, provista de piscina olímpica.
Y ahora, cinco años después, el mismo medio ha podido confirmar de fuentes penitenciarias que el joven ya ha salido de la cárcel y está en régimen de libertad condicional.