Casi dos meses después de escaparse de Francia donde lo buscaban por haber cometido un asesinato, S. A. B., inmigrante argelino de 18 años, fue localizado y detenido este martes en Alacant, en el País Valencià, en una operación conjunta entre la Policía Nacional española y las autoridades francesas. El chico, que entró ilegalmente en el país galo, se instaló durante una temporada en el municipio de Saint-Étienne, al sur de Lyon, donde fue acogido por un joven de 25 años, vigilante de seguridad de una conocida discoteca de la ciudad. El arrestado se encuentra a estas alturas en dependencias policiales a la espera de tramitarse su extradición a Francia, que podría demorarse hasta un mes.

El 9 de febrero, la víctima fue localizada, ya sin vida, en el interior de su apartamento por un familiar que fue a buscarlo después de no conseguir ponerse en contacto con él durante días. El cuerpo yacía parcialmente sobre el sofá y medio caído en el suelo, sin ningún signo de haberse utilizado un arma, ni blanca ni de fuego. Los forenses que hicieron la autopsia llegaron a la conclusión de que la causa de la muerte había sido una parada cardiorrespiratoria inducida por estrangulamiento. Junto al cadáver, los investigadores encontraron restos de sustancias estupefacientes, lo que abrió la hipótesis de una venganza por una deuda de drogas o algún otro conflicto relacionado con el narcotráfico, aunque el móvil del crimen todavía continúa bajo investigación.

Un mes de búsqueda de un fugitivo "muy peligroso"

El principal sospechoso de esta muerte fue en todo momento S. A. B.; el entorno de la víctima sabía que lo había acogido los días previos a su muerte y, después de esta, no se volvió a saber nada de él. Los agentes de la División de Criminalidad Organizada y Especializada (DCOS) descubrieron que el sospechoso había abandonado Saint-Étienne las horas inmediatamente posteriores al asesinato y rastrearon su posible salida del país. En este sentido, se visionaron las imágenes de centenares de cámaras de estaciones de autobuses y de trenes, pero S. A. B. llegó al Estado español por rutas clandestinas y no se detuvo hasta que no llegó a Alacant.

El 22 de febrero, dos semanas después del crimen, la Interpol emitió una Ficha Roja con los datos y la fotografía del sospechoso; se trata de una orden de detención y entrega que permite la colaboración internacional en la captura de delincuentes peligrosos. La Brigada de Fugitivos de la Policía Nacional española recogió esta información, así como otros que daban cuenta de sus posibles movimientos en territorio del estado. Los agentes lo pudieron localizar pocas semanas más tarde y llevaron a cabo una vigilancia intensiva por la zona de Alacant hasta el 25 de marzo, el día que lo arrestaron.

La detención se desarrolló sin incidentes. Un operativo discreto lo arrinconó en el área residencial donde vivía, evitando cualquier intento de fuga. De momento, mientras está a la espera de tramitarse su extradición, los policías tratan de aclarar la motivación del asesinato, sin que quede claro, de momento, si se trató de una disputa personal o, más bien, relacionada con las drogas.