Llagostera dice basta. El pueblo del Gironès está harto de problemas, y después del tiroteo que hubo el pasado 22 de septiembre, finalmente se han puesto firmes y, desde el Ayuntamiento, han conseguido desahuciar a los autores del crimen que dejó a un hombre en el hospital. Los afectados fueron desahuciados ayer, jueves 9 de octubre, pero desde el consistorio se ha decidido revelarlo hoy para evitar conflictos durante el proceso. El alcalde, Narcís Llinàs, también ha aprovechado para reivindicar la necesidad de cambiar las leyes para poder "gestionar directamente esta problemática", una queja que deben compartir muchos vecinos del municipio.

El día 22 de septiembre un hombre acabó en el hospital con disparos en las manos y otro en la pierna tras un tiroteo en medio de la calle sobre las siete y media de la tarde. Aunque en un primer momento se retuvieron a cinco personas, finalmente los Mossos arrestaron tan solo a dos, dos hombres de nacionalidad española y etnia gitana, y ambos quedaron en libertad provisional.

Quejas y miedo en el municipio

Estos hechos marcaron un antes y un después en Llagostera, según declaraban los vecinos del municipio al día siguiente de los hechos, cuando salieron a la calle para reclamar un cambio ante la situación de inseguridad que se vivía en el municipio. Unos 300 habitantes se reunieron para exigir nuevas medidas que ayudaran realmente a poner fin a la delincuencia que se estaba apoderando del pueblo, alegando que un tiroteo a plena luz del día era absolutamente intolerable, que atravesaba una línea roja y que tenían miedo de lo que pudiera pasar. El tiroteo, que tuvo lugar muy cerca de un instituto, hizo que los ciudadanos vieran la precaria situación en la que se encontraban y el crecimiento en la delincuencia que conllevaba el tráfico de drogas. El alcalde, quien también estaba presente durante la reivindicación, obtuvo un "refuerzo indefinido" por parte de los Mossos, pero tildaba de "hechos puntuales" el problema. Ayer, sin embargo, Llinàs se mostró más firme cuando expulsó del edificio a los autores del tiroteo y, para garantizar que no volvieran, colocó puertas blindadas y alarmas en los pisos para evitar futuras ocupaciones en el edificio.