Los Mossos d'Esquadra trabajan para resolver un robo curioso y preocupante. Los hechos son del pasado 17 de marzo de 2020, a primera hora de la mañana, en un bar de la Zona Franca de Barcelona. Un hombre entró en el bar, pidió una consumición y, presuntamente, drogó a la camarera para entrar en la zona de la barra y llevarse dinero de la caja y también el bolso de mano de la mujer.
Según parece, por las imágenes de las cámaras de seguridad del bar, que el hombre puso algún tipo de droga -la policía sospecha que podría ser escopolamina, o como se conoce popularmente, burundanga, pero faltan las pruebas toxicológicas- a la bebida de la camarera, que poco rato después quedó aturdida. Fue en este momento que el presunto ladrón aprovechó para llevarse el dinero, unos 2.000 euros.
Imágenes del ladrón días antes en el bar de la víctima
Las investigaciones las han asumido, de momento, desde la Unidad de Investigación (UI) de la comisaría de Sants-Montjuïc, que han analizado las imágenes de las cámaras de seguridad. El primero que han hecho ha sido redactar el modus operandi para hacerlo llegar a más unidades y comisarías, por si se detectan nuevos casos con este método, que, de momento, no se ha denunciado en ningún otro lugar.
En segundo lugar los investigadores han podido conseguir imágenes del hombre que, supuestamente, drogó a la responsable del establecimiento y cometió el robo con violencia. Si bien en las imágenes de las cámaras de seguridad del día de los hechos, el 17 de marzo, el hombre lleva la cara tapada por la mascarilla, los investigadores han sabido que el hombre había estado en el bar algunos días antes de los hechos.
En la grabación de días antes se puede ver el mismo hombre, sin mascarilla, desayunando un bocadillo y un agua. De esta grabación los Mossos d'Esquadra han conseguido un printer de la cara del presunto ladrón de la burundanga del bar de la Zona Franca.
Objetivo: cazar al ladrón de la burundanga
Lo objetivo ahora de los investigadores es identificarlo y poder detenerlo por aclarar los hechos. Según las informaciones recogidas por los investigadores, y que han hecho llegar a varias unidades del cuerpo y a las patrullas de la zona, el sospechoso es un hombre de entre 45 y 50 años, de complexión fuerte, que hace 1,85 metros de altura y parece de origen norteafricano. Los dos días iba vestido con un chaleco de color gris, destacan los Mossos d'Esquadra. De momento, no hay ninguna denuncia que haya vuelto a actuar.