La Audiencia Provincial de Jaén ha dejado en libertad provisional a los dos policías nacionales detenidos en Linares (Jaén) acusados de agredir brutalmente, cuando estaban fuera de servicio, a un hombre y a su hija de 14 años en la terraza de un bar el pasado 12 de febrero. 

Libertad provisional para los policías de Linares

Los dos policías -José Luís P. y Manuel F.N- deberán comparecer en el Juzgado de Guardia de la localidad donde fijen su residencia los días 1 y 15 de cada mes, así como cada vez que sean requeridos para ello. Además, el fiscal les prohíbe que se comuniquen con la víctima de la agresión, Carlos M. A., por cualquier medio, así como que se aproximen al mismo a una distancia inferior a 200 metros.

El auto justifica la libertad de los acusados asegurando que en este caso ni la gravedad de los hechos imputados, ni las circunstancias personales "permiten considerar la existencia de un riesgo de fuga que justifique la adopción de la medida de prisión".

Añade que "tampoco cabe hablar de la ocultación, alteración o destrucción" de las pruebas, ya que "existen multitud de grabaciones de los hechos aportadas a la causa, los testigos ya han declarado en instrucción y la mera condición de funcionarios policiales no es causa suficiente para hacer presumir que los investigados influirán" en los testigos o alterarán otras pruebas.

Según el auto, "la medida de prisión provisional no puede ser utilizada como pena anticipada -qué sorpresa, ¿sólo en algunos casos?-, ni como respuesta a una situación de alarma social como esta.

"Riesgo de fuga y ocultación de pruebas"

El juez ordenó hace unas semanas el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de los dos policías de Linares, precisamente, por riesgo de fuga y de que destruyeran u ocultasen pruebas. El Juzgado de Instrucción 3 de Linares (Jaén) consideró que por "la gravedad de la pena que lleva aparejada el delito", que podría ser de hasta 5 años de prisión, y "pudiendo ser dicha pena aún mucho mayor", se deduce que es "bastante probable que los investigados sientan impulsos de huir de la acción de la justicia".

Uno de los acusados presentó durante la vista un parte médico por una raja en el diente para justificar que Carlos -la víctima- le agredió. Se sospecha que podría tratarse de una prueba, además de poco firme, falsa, pues el agente no se lleva la mano a la boca en ningún momento durante la agresión ni se aprecia tal impacto. 

Carlos, la víctima, imputado

Carlos declaró el pasado día 18 en calidad de perjudicado, pero también de investigado. Javier Antonaya, magistrado que dirige la causa, le atribuye al imputado los presuntos delitos de lesiones y atentado contra la autoridad.

Agresión policial Linares / Twitter Declaracion

Agresión policial Linares / Twitter Declaracion

El juez entiende que el subinspector José Luis P. C. y el policía Manuel F. N. propinaron múltiples golpes contra su adversario en la parte final de la pelea callejera, pero que en el primer tramo fue Carlos quien agredió a uno de los agentes, sin pruebas documentales de ello. 

Durante su declaración Carlos se reafirmó en lo que ya dijo días antes en la sede policial. El subinspector José Luis, al que aseguró que no conocía de nada, se le acercó y le golpeó en el hombro. Según el testimonio, nada más darle, el funcionario comenzó a increparle. Carlos aseguró que él hizo caso omiso a las palabras del policía y que intentó irse, pero que en ese momento llegó un compañero suyo (Manuel) y le atacaron con violencia por la espalda. 

Agresión policial Linares / Twitter apacheminero

Agresión policial Linares / Twitter apacheminero

"Por más vueltas que le doy no tiene sentido lo que me hicieron: no me entra en la cabeza y no sé qué te puedo decir, no entiendo ni el cómo ni el por qué", explicó Carlos en El Español.  Además de los puñetazos y de las patadas, el subinspector le empezó a dar golpes en la cabeza con una botella de cerveza hasta dejarlo inconsciente, y cuando perdió la conciencia, lo siguió pegando.

A los dos policías se les retiró la placa y el arma el mismo día de la agresión y la Dirección General de la Policía les abrió un expediente disciplinario para determinar las sanciones correspondientes, además de ingresar en prisión, al día siguiente, tras prestar declaración ante el juez.