Carlos, el hombre de 49 años que el pasado 12 de febrero fue agredido -junto a su hija de 14 años- por dos policías nacionales fuera de servicio en Linares en la terraza de un bar, declaró el pasado día 18 en calidad de perjudicado, pero también de investigado. Javier Antonaya, magistrado que dirige la causa, le atribuye al imputado los presuntos delitos de lesiones y atentado contra la autoridad.

Imputan a la víctima de la agresión de Linares

El juez entiende que el subinspector José Luis P. C. y el policía Manuel F. N. propinaron múltiples golpes contra su adversario en la parte final de la pelea callejera, pero que en el primer tramo fue Carlos quien agredió a uno de los agentes.

Junto a Carlos también declaró tanto en calidad de perjudicado como de investigado el cuñado de este, Francisco Javier P. G., quien estuvo en todo momento presente en la riña. Aparentemente Francisco ni siquera propina golpes a los agentes durante la pelea, pero se ha tomado en consideración que "agarró en varias ocasiones a uno de los policías con el fin de que este no interviniera en la trifulca que estaban manteniendo Carlos y su compañero". Así pues, el magistrado le ha ordenado comparecer igualmente bajo la imputación de los delitos de lesiones y de atentado contra la autoridad, según El Confidencial.

Carlos ratifica su relato

Durante su declaración Carlos se reafirmó en lo que ya dijo días antes en la sede policial. El subinspector José Luis, al que aseguró que no conocía de nada, se le acercó y le golpeó en el hombro. Según es testimonio, nada más darle, el funcionario comenzó a increparle. Carlos aseguró que él hizo caso omiso a las palabras del policía y que intentó irse, pero que en ese momento llegó un compañero suyo (Manuel) y le atacaron con violencia por la espalda. 

"Por más vueltas que le doy no tiene sentido lo que me hicieron: no me entra en la cabeza y no sé qué te puedo decir, no entiendo ni el cómo ni el por qué", explicó Carlos en El Español.  Además de los puñetazos y de las patadas, el subinspector le empezó a dar golpes en la cabeza con una botella de cerveza hasta dejarlo inconsciente y, cuando perdió la conciencia, lo siguió pegando.

Agresión policial Linares / Twitter apacheminero

Carlos recibió una paliza en Linares / Twitter apacheminero

Su hija, una niña de 14 años, volvía de entregar un paquete en Correos y se encontró con los dos policías pegando una paliza a su padre. La menor se entrometió para detener la agresión y se llevó un puñetazo.

En la misma línea narrativa se expresó el cuñado -Francisco Javier-, que ratificó los hechos relatados por Carlos. Subrayó también que no sabía que Manuel y José Luis eran policías, a pesar de que en sede policial sí había admitido que sí conocía su condición de funcionarios públicos. Este punto será clave en el desarrollo del procedimiento, pues determinará si existió o no el delito de atentado contra la autoridad que el magistrado atribuye a ambos familiares.

Los policías justifican su actuación

Hace unos días, en su vista particular, el subinspector José Luis P. C. y el policía Manuel F. N. justificaron su actuación ante el juez alegando que Carlos "era un hombre corpulento" y que se vieron obligados a reducirlo de manera brusca.

Los agentes señalaron a su adversario como la persona que comenzó la pelea. José Luis, por un lado, contó que él se encontraba con su colega en la terraza y que se levantó para ir al baño. Una vez dentro del establecimiento chocó accidentalmente con Carlos y este "le propinó un codazo": "Qué pasa, que os creéis que todos los policías sois mejores", le gritó Carlos. José Luis respondió, según su propio testimonio, con un "para ti la perra gorda, uno a cero", que en la terminología de la zona se traduce en dar la razón a la otra persona para evitar líos. Después Carlos se puso violento y tras la llegada de Manuel los agentes -fuera de servicio- intervinieron

Policías Linares / Twitter Asilvestra0_B

Policías acusados de Linares / Twitter Asilvestra0_B

Además, los acusados explican que en ningún momento se identificaron como agentes de la autoridad. Así y todo, en los vídeos que circulan por internet se puede ver claramente como amenazan a las personas que intentaban defender a la víctima diciendo que se les llevarían detenidos. 

Uno de los acusados presentó durante la vista un parte médico por una raja en el diente para justificar que Carlos le agredió. Se sospecha que podría tratarse de una prueba, además de poco firme, falsa, pues el agente no se lleva la mano a la boca en ningún momento durante la agresión ni se aprecia tal impacto. 

El juez ordenó el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de los dos policías de Linares por riesgo de fuga y de que destruyeran u ocultasen pruebas. El Juzgado de Instrucción 3 de Linares (Jaén) consideró que por "la gravedad de la pena que lleva aparejada el delito", que podría ser de hasta 5 años de prisión, y "pudiendo ser dicha pena aún mucho mayor", se deduce que es "bastante probable que los investigados sientan impulsos de huir de la acción de la justicia".