Una llamada al 112 a las seis de la mañana del pasado viernes 18 de abril, Viernes Santo, puso en alerta a los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Vilafranca del Penedès, en Barcelona. Una mujer avisó de que un grupo de personas cargaban tres furgonetas con paquetes que le parecieron sospechosos en una casa de la calle de Joan Sardà de Sant Quintí de Mediona. Pero todavía había algo más detrás: algunos individuos con la cara tapada y chalecos falsos de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Un narcoasalto frustrado para robar 10 millones de euros de hachís en Sant Quintí de Mediona
Las patrullas de los Mossos que se desplazaron hasta el lugar después de recibir el aviso confirmaron que había varias personas, que intentaron huir al ver la presencia policial. Pese a ello, se pudieron detener seis hombres, de nacionalidad marroquí y española, y algunos de ellos intentaban cometer —hasta que llegó la policía catalana y lo abortaron— lo que, en el argot policial, se conoce como un narcoasalto o vuelco: un robo violento entre grupos criminales dedicados al tráfico de drogas. También hay arrestados entre los vigilantes que pensaban, inicialmente, que les había pillado la policía. Concretamente, los ladrones se habían hecho pasar por agentes para intentar llevarse decenas de kilos de hachís de un almacén del que tenían información de que había droga almacenada, y que era propiedad de un clan rival y que, además, aquel mismo día lo iban a transportar hacia el norte, hacia Francia.
Los Mossos lograron detener a los seis hombres y recuperar no solo las tres furgonetas que utilizaban para llevarse la droga, sino también el hachís y varias armas de fuego: cuatro pistolas, un rifle y un subfusil, según ha podido saber ElCaso.com. En total, se han intervenido 4.800 kilos de hachís y 93.000 euros en efectivo, que los ladrones también pretendían sustraer de esta casa que funcionaba como nave de los narcotraficantes y que tenían intención de vaciar. Los seis arrestados, vinculados al narcotráfico y detenidos unos por robo violento y otros para transportar los estupefacientes, han ingresado en prisión, tal y como ha podido confirmar este medio a través de fuentes judiciales.
La División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Policial Metropolitana Sur se ha hecho cargo de la investigación para aclarar de dónde había salido la droga que estaba almacenada en esta casa de Sant Quintí de Mediona y quién la había hecho llegar hasta allí. No se descarta que se puedan realizar más detenciones. La intervención —de las mayores hechas sobre terreno en Catalunya— de esta droga, un volumen muy importante valorado en cerca de 10 millones de euros, representa un gran éxito para la policía catalana, que no solo ha frustrado este asalto violento, sino que también ha detenido a seis personas que ya han ingresado en prisión.
Catalunya, punto logístico de la ruta de hachís de Marruecos al centro de Europa
Hace meses que la policía catalana alerta de que Catalunya se ha convertido en un punto logístico para bandas organizadas dedicadas al tráfico de hachís, que entra desde el sur, proveniente de Marruecos. Tras pasar por almacenes como este, donde la "enfrían" para evitar la detección policial, la droga continúa su camino hacia el norte, hacia Europa. Pero el hecho de que sea punto de paso también implica que sea escenario de robos entre bandas rivales. No estamos hablando de poca cosa. Y esto comporta un peligro añadido: bandas fuertemente armadas y con un gran poder económico, fruto del tráfico de drogas, se establecen en Catalunya, con las consecuencias violentas que genera este negocio.
Los incidentes relacionados con el tráfico de drogas, sea marihuana o hachís, se han disparado, con varios heridos —como el de este fin de semana en Figueres (Girona), avanzado por ElCaso.com— o el de hace pocas semanas en Olesa de Montserrat, en Barcelona, donde un joven murió en un tiroteo durante un narcoasalto o vuelco de marihuana. En el 2024, en la zona del Garraf y el Penedès, la Guardia Civil desarticuló una banda muy activa que introducía grandes cantidades de hachís desde Marruecos hacia Catalunya, con una organización criminal subcontratada que se encargaba de la logística y la protección de la droga, incluso con armas de guerra. También en Osona y el Moianès, los Mossos desmantelaron otra organización criminal, con integrantes de origen marroquí, que introducía hachís por vía marítima y lo almacenaba en espacios conocidos como "guarderías", para continuar después el trayecto hacia el norte, donde el precio de la droga se multiplica, generando todavía más beneficios para estas organizaciones criminales.