El pasado viernes, como cada fin de semana, Ryan y sus amigos quedaron bajo el puente de Los Molinos, a las afueras de Getafe, para pasar el rato bebiendo y escuchando música. Casi todos son menores - Ryan tenía 14 años - y se reúnen en este sitio para hacer botellón porque su edad les impide entrar en las discotecas de Madrid y los municipios de los alrededores. Aquella noche, sin embargo, fue la última para Ryan, que murió de una sobredosis de cocaína rosa, o tusi, que, según las primeras informaciones, alguien le había metido en la bebida.

Que la causa de la muerte fue una sobredosis es casi la única cosa que la Policía Nacional tiene clara en este caso, que de entrada seguía una línea muy directa, pero que, con el paso de los días, se ha ido complicando hasta el punto de que todos los otros aspectos de esta tragedia levantan una infinidad de dudas. ¿Era tusi realmente la droga que mató a Ryan? ¿Se la pusieron sin él darse cuenta, como se había dicho al principio, o fue todo parte de un reto que salió mal? La familia del chico insiste en que lo mataron, pero la policía asegura lo contrario.

¿Se tomó la droga siendo consciente de lo que hacía?

Las primeras informaciones apuntaban a una quedada con unos jóvenes que Ryan y sus amigos de toda la vida habrían conocido por Instagram. Teóricamente, era la primera vez que se veían en persona. Los amigos del chico aseguraron que fueron estos otros adolescentes quienes le pusieron cocaína rosa en la lata de RedBull que tenía, en un momento en que no estaba pendiente de la bebida, y que se marcharon corriendo después, mofándose de él y gravándolo todo con el móvil. La versión policial, sin embargo, desmiente este extremo, e insisten en que tanto Ryan como sus amigos eran conscientes de que se estaba tomando una bebida adulterada.

Además, todos los menores del grupo habrían dado un par de tragos a la lata, pero fue Ryan quien empezó a encontrarse mal después de un rato. Con la intención de marcharse a casa, caminó hacia la boca del metro de Los Espardales. Justo antes de poder bajar al andén, sin embargo, se desplomó, golpeándose la cara contra el asfalto y entrando en parada. Sus amigos, asustados porque no respiraba, llamaron inmediatamente al 112, y también a sus padres. Los sanitarios, a pesar de todos sus esfuerzos, no lo pudieron recuperar.

Una segunda versión, que tampoco se sostiene, según la policía, es que los chicos participaron en un reto viral, y por eso consumieron la bebida energética, siendo plenamente conscientes de que contenía droga. Su intención habría sido colgarlo en las redes sociales, y por eso lo grabaron; no obstante, los investigadores no tienen constancia de la existencia de ningún vídeo, ni grabado por los supuestos jóvenes que le drogaron sin su consentimiento, ni por ellos mismos como parte del reto.

El tipo de droga, otra incógnita

Según las primeras versiones, fue una sobredosis de cocaína rosa la que puso fin a la vida de Ryan. Este hecho, como hasta ahora todos los que se han puesto bajo lupa, es cuestionable. Y es que el tusi tiene un precio de entre 60 y 100 euros el gramo, demasiado caro para los bolsillos de niños de 14 y 15 años; en principio, en la lata de RedBull de Ryan pusieron dos gramos de esta droga. A estas alturas, los agentes están esperando los resultados del informe toxicológico para poder determinar la sustancia que el chico, indudablemente, consumió aquella fatídica noche.

La Policía Nacional desmintió que se estuviera investigando el caso como un homicidio, a pesar de la insistencia de los padres del menor de que eso era lo que les habían dicho a ellos cuando interpusieron la denuncia. Según la madre de Ryan, el chico no consumía drogas, y están convencidos de que alguien ha matado a su hijo. Aseguran, también, que los otros jóvenes con los que quedó el pasado viernes no eran amigos suyos y la familia no los conocía ni les había visto antes. Sea como sea, la investigación continúa su curso, y serán la autopsia y las indagaciones de la policía los que aclaren qué le causó la muerte realmente a Ryan el pasado 16 de febrero.