Los vecinos de Móra d'Ebre, en Ribera d'Ebre, ya están hartos de los problemas que les causan los ocupas, y los sucesos del lunes solo han servido para enfadarlos todavía más. El bloque de pisos del número doce del carrer de la Gràcia del municipio, que lleva ocupado más de dos años, se incendió el lunes 21 por causas todavía desconocidas, pero según los vecinos podría deberse a un cultivo de drogas. El fuego ha obligado a desalojar a los 12 inquilinos del bloque, de origen magrebí, y también a cuatro personas de la casa del lado, a dos de ellos, personas de más de noventa años. Tanto los vecinos como el alcalde están cansados de la situación y se quejan de que a pesar del esfuerzo de los Mossos d'Esquadra y la Policía Local no se puede hacer nada.

 

El incendio

Poco antes de las once y media de la noche, los Bomberos recibieron un aviso sobre el incendio de un bloque de pisos en Móra d'Ebre. El edificio, de cuatro plantas, estaba quemando completamente, y los Bombers tuvieron que enviar seis dotaciones para hacerse cargo. El fuego, que ya estaba totalmente desarrollado cuando llegaron los efectivos, llegó a la casa de al lado, donde viven una familia con dos personas mayores de 90 años que tuvieron que ser desalojadas debido a la preocupación que generaba su estado de salud frágil, sin embargo, afortunadamente no hubo heridos, ya que los doce ocupas pudieron salir antes de que fuera demasiado tarde. La casa de al lado solo resultó levemente afectada y los vecinos pudieron volver a entrar después de apagar el fuego.

Las llamas estaban principalmente concentradas en la segunda y tercera planta. La violencia del fuego fue tal que el tercer piso acabó cediendo y se hundió completamente encima del segundo, causando que el edificio quedas definitivamente marcado como "no habitable" y se tapiaran las entradas. El colapso estructural, afortunadamente, no afectó a la vivienda de al lado. Finalmente, hacia la una y cuarto de la madrugada, los Bombers pudieron extinguir el incendio y los propietarios de la casa del lado pudieron volver a entrar después de una revisión de su salud y del estado del inmueble. Aunque el problema del fuego hubiera acabado y los ocupas hayan quedado fuera del edificio, los vecinos no descansan todavía.

 

Problemas con la ocupación

El incendio ha servido para recordar los problemas que generan los ocupas en el pueblo, y se ha decidido hacer un pleno municipal el jueves para que los vecinos puedan opinar sobre la situación delante del Ayuntamiento. El alcalde también se siente frustrado por la situación que sufre el municipio desde hace años, con conflictos constantes y problemas de convivencia, pero afirma que la ley no les da demasiado margen. Según adelanta el Diari Més, los vecinos hace tres años que sufren de inseguridad a causa de la ocupación que sufre el pueblo, en gran parte por culpa de las doce personas que residen en el bloque que se ha incendiado en el carrer de la Gràcia. Este es el tercer incendio que sufren desde entonces, y aseguran tener muchos más problemas derivados del tráfico de drogas que hacen los ocupas.

El alcalde afirma ser consciente de la situación que se vive en el barrio, y hace lo que está en su poder para solucionar los problemas. Ya habló con la SAREB, el banco propietario del edificio, para que limpiaran la terraza hace un tiempo, a causa de un problema de insalubridad, pero afirma que es muy complicado desalojar los pisos ocupados porque a menudo viven allí familias con niños. Según Rubén Biarnés, alcalde del municipio, el Ayuntamiento no tiene bastantes herramientas para actuar, y aunque Mossos d'Esquadra, Policía Local, Servicios Sociales y Guardia Civil sean conscientes de la situación, la ley impide poder acabar con el conflicto de forma rápida y eficaz, ya que el edificio es de propiedad privada.

En los dos últimos años se ha intentado hacer fuera los ocupas del bloque de pisos del número doce del carrer de la Gràcia, y se había conseguido hacer una gran labor antes del fuego, ya que solo tres de las viviendas estaban ocupadas gracias, dice el alcalde, al trabajo del Ayuntamiento. En el municipio hay otro edificio ocupado, aparte del incendiado, y según el consistorio, tienen identificados los ocupas y les hacen un seguimiento, pendientes de los avisos de los vecinos. El pueblo tiene siete bloques de pisos vacíos, propiedad de bancos. El alcalde propone que la Generalitat los compre y haga vivienda social para acabar con posibles casos de ocupación. Desde el Gobierno catalán aseguran que tienen en cuenta la propuesta.