Uno de los peores temores de cualquiera que trabaje de cara al público es sufrir un atraco mientras están en el trabajo. Dios no lo quiera, a mano armada. Pero es precisamente eso a lo que se ha estado dedicando un hombre de 33 años los últimos meses: entraba en diferentes establecimientos de Barcelona esgrimiendo una navaja -en algunas ocasiones, incluso una pistola- con la cual amenazaba a los trabajadores y los obligaba a darle todo el contenido de la caja registradora. En total, atracó seis comercios y dos hoteles desde finales de septiembre hasta a principios de este mes de noviembre, cuando los Mossos d'Esquadra lo pillaron.

No era la primera vez que este delincuente, cuya nacionalidad la policía catalana no ha comunicado, se buscaba problemas con la ley. Si tenemos que juzgar solo por su historial de antecedentes, no ha estado perdiendo el tiempo: acumula un total de 55, de los cuales, 22 son por robos violentos como los que ha estado cometiendo estos meses.

 

Casco de moto y cuchillo en mano: así llevaba a cabo los atracos

Con esta experiencia delictiva no es de extrañar que tuviera un modus operandi bien definido. Siempre esperaba a que el establecimiento -fuera un hotel, un bar o una farmacia- estuviera vacío de clientela y, preferiblemente, con solo un trabajador. Entonces, se colocaba el casco de la moto para ocultar la cara y entraba de manera disimulada, primero, haciéndose pasar por un cliente cualquiera. En alguna ocasión, llegaba a comprar alguna cosa: pagaba en metálico y, cuando la empleada abría la caja para calcular y devolver el cambio, aprovechaba para sacar el cuchillo. La trabajadora, viendo que su vida podía correr peligro, vaciaba la caja registradora y le daba la recaudación del día sin oponer resistencia.

Según algunas de las denuncias recibidas por los Mossos, esta intimidación la hizo alguna vez con un arma de fuego que llevaba escondida entre la ropa, pero se desconoce si era real o de fogueo. A principios de noviembre entró en dos hoteles de la capital catalana. Poco después, el día 6, lo localizaron con las llaves de un vehículo robado y lo detuvieron. El día siguiente, previa autorización judicial, los investigadores hicieron una entrada y registro en su domicilio y requisaron material y ropa que utilizaba durante los atracos.