La Policía Nacional investiga la muerte de un bebé de tres meses en la UCI Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Valladolid a consecuencia de la gravedad de las heridas ocasionadas por su padre. Los hechos tuvieron lugar el pasado 11 de julio, cuando el progenitor, cansado de que su hijo no paraba de llorar, tal como detalla Diario de Valladolid, cogió al menor y lo zarandeó de manera violenta, provocándole un traumatismo craneoencefálico. Al ver que perdía el conocimiento, los padres llevaron rápidamente al bebé al centro de salud del barrio de la Pilarica, pero al ver que presentaba graves lesiones cerebrales, lo evacuaron a un centro hospitalario con mejores equipamientos.

Al examinar al bebé y ver que las lesiones eran compatibles con un zarandeo violento por parte de los padres, los mismos médicos encendieron las alarmas y alertaron de los hechos a la Policía Nacional, que se desplazó hasta el centro hospitalario. El padre, un hombre de 31 años y etnia gitana residente en Cabezón de Pisuerga, fue detenido en el mismo hospital como presunto autor de un delito de lesiones. Su arresto, sin embargo, no fue fácil, ya que se intentó resistir y atacar a los agentes policiales, que tuvieron que montar un dispositivo especial para evitar disturbios. Al día siguiente, después de pasar la noche en los calabozos, fue puesto a disposición judicial, quedando en libertad con cargos por decisión del juez a la espera de que se aclaren los hechos.

El bebé acabó muriendo en el hospital

La gravedad de las lesiones que presentaba el menor al llegar al hospital no presagiaban nada bueno y entró en coma cerebral. Después de varios días hospitalizado, viendo que su situación era irreversible y ya no se le podía salvar la vida, se decidió desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con vida y se certificó su muerte el pasado domingo.