El aviso del responsable de seguridad de CaixaBank puso en alerta a los agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) de Lleida el pasado 21 de enero. Les informó de que una mujer de nacionalidad colombiana había ingresado dos cheques que, después de hacer las comprobaciones pertinentes, habían resultado ser falsos. Los cheques habían sido manipulados y desde la empresa que los había emitido alertaron de que alguien los había modificado para poder cobrar mucho más dinero. La entidad bancaria avisó a los Mossos y se supo que la mujer estaba de camino a una oficina para cobrar un nuevo cheque, que todo parecía indicar que también estaba manipulado. La interceptaron, confirmaron que el cheque era falso y quedó detenida. La mujer confesó rápidamente. Ella asegura que no sabía nada sobre la manipulación de los cheques.
Había enredado a su pareja diciendo que tenía muchas deudas pendientes
Explicó que el ingreso, como la posterior retirada del dinero, había sido un favor que hacía a su pareja sentimental, quien tenía problemas económicos y no podía ingresar dinero en su cuenta corriente por culpa de unas deudas pendientes de liquidación. En el detalle de los cheques, los datos que figuraban eran los del hombre, pero finalmente pudo traspasar el importe del cheque a su pareja. Los Mossos intentaron localizar al hombre del cual hablaba la mujer para verificar si su versión era verídica. La sorpresa fue que se trataba de un hombre de nacionalidad española, fugado de la cárcel, que tenía pendiente seis órdenes vigentes de búsqueda, detención e ingreso en prisión. Los Mossos supieron dónde buscarlo y lo detuvieron. Por las órdenes de búsqueda pendientes, para volver a prisión, y también por el supuesto delito de falsificación de cheques bancarios.
Además, también se pudo averiguar que había una tercera persona, también de nacionalidad española, que había llamado a la mujer días después de ingresar los cheques, identificándose como amigo de su pareja y reclamándole el dinero. Acompañada de esta persona, la declarante hizo un último reintegro de 3.000 euros, que entregó al hombre. Los investigadores de la DIC de Lleida lo localizaron y también lo detuvieron por su participación en la falsificación de cheques. Este segundo detenido también había cometido la misma acción en una oficina de la misma entidad en Cervera. En aquel caso, se pudo acreditar que se habían modificado los datos del beneficiario de los cheques, que, en lugar de ir a parar a la empresa receptora, acabaron ingresados en una cuenta corriente del detenido. La empresa emisora envió los documentos por correo postal a la empresa receptora, pero estos nunca llegaron porque, por el camino, alguien los interceptó y manipuló.
Los dos hombres detenidos eran los cerebros de la operación, aprovechando que estaban fuera de la cárcel, aunque acumulaban decenas de antecedentes y condenas firmes. Sin embargo, y a pesar de tener seis órdenes de ingreso en la prisión, estaban en la calle, sin que nadie los hubiera localizado nunca. El cobro de los cheques falsos les ha salido caro. Los Mossos creen que el principal investigado se aprovechaba de su pareja sentimental para cobrar los cheques sin levantar sospechas. Le había dicho que, a pesar de tener mucho dinero, no lo podía cobrar él mismo por problemas con Hacienda, y ella, después de ingresar el dinero, entregaba la totalidad a su compañero. La policía investiga ahora si la mujer sabía alguna cosa o actuó de buena fe. Sea como sea, quedó detenida, pero fue dejada en libertad antes de ser entregada al juez, a la espera de que el juzgado que asumirá la investigación decida si el llamamiento a declarar. Los otros dos han ingresado en la prisión, donde han perdido la condición de tercer grado que tenían.