Grave accidente este martes, 2 de septiembre, en el centro de Barcelona. Un agente de la unidad Guilles de los Mossos, los policías que patrullan la ciudad en moto, ha resultado herido grave tras impactar contra el escaparate de una tienda del número 33 de la Via Laietana de la capital catalana durante la persecución de tres ladrones magrebíes que acababan de robar un reloj de alta gama en esta zona del centro de la ciudad. Según ha podido saber ElCaso.com, el agente sufrió la sección del tendón y la arteria del brazo y la aplicación de un torniquete, por parte de agentes del ARRO de los Mossos, que asistieron en primer momento al policía herido, le salvó la vida.

Los hechos comenzaron a primera hora de la tarde, cuando agentes de la comisaría de Ciutat Vella de los Mossos fueron alertados de un robo de un reloj, con el método del tirón en la zona. Los autores del robo empezaron a correr y se inició una persecución policial por las calles de Barcelona. Los agentes de paisano, los conocidos como Fura, pidieron apoyo a la unidad de los Guilles de los Mossos d'Esquadra, la unidad especializada en hacer servicio con motocicletas de gran cilindrada, que se añadieron a la intervención de manera inmediata.

Entre su polivalencia está la de poder activarse rápidamente y recorrer las calles del centro de la ciudad a gran velocidad. Durante la persecución, uno de los agentes de los Guilles, que circulaba por el carril bici para poder atrapar a uno de los ladrones, chocó contra la acera, se desestabilizó y perdió el control del vehículo, empotrándose en el escaparate de una tienda de electrónica situada en el número 33 de la Via Laietana, tal como se puede ver en esta imagen que ha podido conseguir ElCaso.com.

Asistencia médica urgente

Mientras llegaba el Servei d'Emergències Mèdiques —SEM—, una unidad del Àrea Regional de Recursos Operatius —ARRO— se desplazó inmediatamente a socorrer al compañero que se había herido en la mano y el brazo. Según ha podido saber ElCaso.com, el policía tenía el tendón y la arteria seccionados y sus compañeros del ARRO le tuvieron que aplicar un torniquete para poder salvarle la vida. Una vez llegaron los efectivos del SEM, el agente fue estabilizado y tuvo que ser trasladado al hospital, donde se le deberán practicar los cuidados pertinentes. La acción de los agentes del ARRO fue clave, aseguran fuentes médicas, para salvar la vida del policía, que en el momento de los hechos estaba perdiendo mucha sangre.

Otros agentes finalmente pudieron localizar a los tres individuos que habían robado el reloj de alta gama a otra persona. Los hombres quedaron detenidos como supuestos autores de un delito de robo con violencia y de un delito de desobediencia a los agentes de la autoridad. A estas horas los Mossos no han confirmado la nacionalidad de los detenidos, pero se trataría de tres jóvenes, de entre 19 y 22 años, que entre ellos acumulan veinte antecedentes policiales, todos tres, según ha podido saber ElCaso.com, magrebíes. Los agentes pudieron devolver el reloj a su propietario.

Otra vida salvada

Este fin de semana la historia se repitió. Un enfrentamiento entre un grupo de personas de etnia gitana y un hombre, en un bar chino de la rambla de Prim, también en Barcelona, acabó con uno de los responsables del local tiroteado, tal como avanzó ElCaso.com. La acción también de un equipo del ARRO de los Mossos, aplicando un parche torácico al herido, hizo que se pudiera estabilizar a la víctima y que pudiera ser trasladada, aunque grave, pero fuera de peligro, a un centro médico. Aunque los agentes del ARRO, como otras unidades del cuerpo, llevan encima material médico, como el torniquete o parches torácicos, lo hacen a riesgo personal suyo. El cuerpo niega cualquier responsabilidad en la aplicación de estas herramientas médicas que salvan vidas y tampoco facilita formación a sus agentes en primeros auxilios. El último curso que se hizo en la especialidad de ARRO, organizado desde Barcelona, sí ofreció formación en este aspecto, pero los patrulleros de la policía catalana, los primeros en llegar en muchas ocasiones a incidentes críticos, no tienen ninguna formación de medicina táctica —al menos, facilitada por la administración. Muchos agentes, eso sí, hacen formaciones personales y disponen de material propio, financiado por ellos mismos.