Las prisiones de Catalunya han vivido un nuevo ataque a los funcionarios. Esta vez ha sido el turno de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), donde un interno agredió e hirió a dos funcionarias este viernes porque no quería que lo cambiaran de celda. Los hechos tuvieron lugar alrededor de las tres de la tarde, durante una actuación rutinaria de seguridad después de que se detectara que el cristal de la ventana de una celda del módulo 6 se había roto. Fue entonces cuando los trabajadores del centro optaron porque el recluso fuera trasladado a otra celda, pero su reacción fue negarse a cumplir las órdenes que le daban con una actitud desafiante y agresiva.
El hombre agredió a una funcionaria que se le acercó y le hizo un fuerte arañazo en la zona de la cara y el cuello. Aunque consiguieron retenerlo, el hombre logró deshacerse de las sujeciones y le dio un puñetazo en la cara a otra funcionaria, al mismo tiempo que lanzó varias patadas para intentar que el resto de trabajadores no lo pudieran reducir. Además, en todo momento iba soltando insultos y expresiones machistas contra las dos funcionarias a quienes había herido. Las dos trabajadoras agredidas requirieron asistencia médica inmediata, aunque pudieron continuar prestando servicio.
Las agresiones, el pan de cada día para los funcionarios de prisiones
La agresión de este viernes en Brians 2 no es ningún hecho aislado, ni en esta prisión ni en ninguna otra de Catalunya, donde ya se han convertido en el pan de cada día. Sin ir más lejos, el martes de esta semana se produjo otra agresión en el centro penitenciario de Quatre Camins. Tal como avanzó ElCaso.com, el incidente se produjo cuando el interno se tenía que someter al procedimiento antichinches, después de que a su compañero de celda le hubieran diagnosticado picaduras de estos insectos. El recluso, sin embargo, se negó a que recogieran su ropa personal y de cama para lavarla como marca el protocolo, y soltó un puñetazo en la cara del funcionario, que acabó con la nariz rota.