Esta semana ha empezado el juicio contra cuatro chicos que okuparon un piso en Calella, una okupación que ha sido muy polémica, ya que los propietarios del domicilio entraron y los agredieron con una barra de hierro. No obstante, en este caso, el juicio no es por esta agresión, que también está siendo investigada, sino que es para poder recuperar el piso.

Los propietarios del apartamento okupado son un abuelo de 84 años, de nacionalidad francesa, y su hijo. Los okupas consiguieron entrar en el piso gracias a una tercera persona, que les dijo que era propiedad de un banco y les facilitó las llaves. No obstante, según explican las víctimas, los okupas saben desde hace más de una semana que el piso no es de ninguna entidad bancaria.

Los ocupas de Calella se niegan a irse del piso

Cuando el abuelo y su hijo entraron en el piso, se dieron cuenta de que lo habían ocupado y les pidieron que se fueran. Así y todo, los cuatro okupas han asegurado que no piensan ir "porque no tienen donde ir". A lo largo del juicio rápido, han explicado que no sabían que el piso era de un particular, aunque la Policía Local de Calella fue al domicilio días antes.

Los propietarios fueron detenidos por agredir los ocupas de Calella

El 11 de julio, padre e hijo fueron al piso y los intentaron echar para recuperar su propiedad. Fue entonces cuando, presuntamente, entraron con una barra de hierro y agredieron a uno de los chicos mientras estaba durmiendo, unos hechos que están siendo investigados y por los que también habrá juicio.

El abuelo de 84 años es de París hacía mucho de tiempo que no iba a su piso de Calella, ya que tenía problemas de salud. No obstante, quería volver a Catalunya para reformarlo y poder pasar las vacaciones. Cuando le dijeron que le habían vuelto a ocupar el piso por tercera vez, volvió a Catalunya y fue entonces cuando los intentó echar.

Las contradicciones entre los okupas y los propietarios

Los cuatro ocupas aseguran que no había muebles, ni electricidad, ni agua, hecho por el cual pensaban que podría estar abandonado. No obstante, el propietario asegura que sí que había luz y que estaba amueblado y, por lo tanto, hay contradicciones entre ellos.

A pesar de la petición de los propietarios, los ocupas se niegan a irse y Fiscalía ha pedido que los okupas se vayan del piso, pero no lo piensan hacer. Los vecinos de Calella, uno de los municipios de El Maresme con más okupación, han dado apoyo a los propietarios, que fueron detenidos por la agresión y que, de momento, no pueden entrar en el piso por culpa de los okupas.