Cae el clan que extorsionó a varios clientes que habían contratado servicios sexuales en páginas web. La Guardia Civil ha detenido a un total de 22 personas en Barcelona, Valencia y Alicante por amenazar y estafar a los usuarios de los portales que solicitaban estos contactos sexuales. Pero no venía tanto la cosa por el tema de la prostitución sino por las estafas, intimidándolos con agresiones o publicar que eran usuarios de estas webs si no pagaban una cantidad. Según apunta el Instituto Armado, los arrestados lograron hacerse con un botín de 200.000 euros, dado que cada extorsionado llegaba a pagar hasta 3.000 euros para evitar que la información de la cual disponían llegara a su entorno más cercano.
¿Dónde estaba la sede operativa de esta organización? En Badalona (Barcelona). De hecho, desde la ciudad barcelonesa cuatro personas con altos conocimientos informáticos dirigían el entramado y eran los encargados de la captación de potenciales clientes. Todo ello, para después extorsionarlos por mensajería instantánea. La gran mayoría de las víctimas, por miedo y vergüenza, no alertaron a la policía de los hechos. Pero sí llegó una denuncia a la Guardia Civil, a través de la cual pusieron en marcha la operación Comminatio. El demandante manifestó, incluso, que había pagado en varias ocasiones y seguía recibiendo solicitudes de dinero bajo amenazas contra su integridad física.
Más de 3.200 anuncios ofreciendo servicios sexuales en Internet
Los investigadores descubrieron la existencia de miles de anuncios de la organización barcelonesa ofreciendo servicios sexuales. Llegaron a detectar unos 3.200, en los cuales ofrecían a la misma mujer en ciudades muy alejadas la una del otra, casi 500 kilómetros. Los arrestados solo tenían que esperar para cazar clientes y una vez contactaban, ponían en marcha la extorsión. Pero, ¿cómo lo hacían para no ser pillados? Primero, para gestionar los beneficios que obtenían contaban con un grupo de intermediarios logísticos y económicos que abrían las cuentas bancarias, contrataban las líneas telefónicas y traspasaban el dinero entre los miembros de la organización en pequeñas y múltiples transacciones. Además, otro grupo facilitó hasta 500 terminales móviles, tarjetas SIM y otros aparatos tecnológicos imprescindibles para consumar la estafa.
Por todo ello, y con las evidencias de los investigadores, la Guardia Civil llevó a cabo dos registros en Barcelona, hallando numerosas memorias externas, ordenadores portátiles y terminales de telefonía. Estos últimos permitían ampliar el número de víctimas, aunque de momento han identificado a unas 20. La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Tarragona y la operación realizada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Tarragona.