Los Mossos d'Esquadra han detenido a cuatro hombres por, presuntamente, robar motos de aparcamientos de Barcelona y después revender las piezas. Dos de ellos se encargaban del robo propiamente dicho, mientras los otros dos compraban los vehículos a unos 500 euros cada una, las desmontaban, y vendían las piezas, o bien las enviaban enteras al extranjero para revenderlas como motos de segunda mano. A los cuatro se les acusa de haber estado involucrados en 25 operaciones de este tipo cometidas desde el mes de marzo, y todos han quedado en libertad con cargos después de pasar por el juzgado.

Red de delincuencia entre Barcelona y Vic

La policía catalana tuvo conocimiento de estos robos a principios del mes de marzo. Las pesquisas revelaron que se trataba de un grupo organizado que siempre seguía el mismo modus operandi. Primero, identificaban las motos que querían sustraer, todas de tipo "enduro" y colocaban un dispositivo de localización cuando las veían aparcadas en la calle. Con eso, hacían un seguimiento hasta los diferentes aparcamientos públicos o privados por toda la ciudad de Barcelona. A partir de aquí, esperaban el momento oportuno para acceder a los parkings, forzando las puertas, y manipulaban las motos, modificando la centralita eléctrica para ponerlas en marcha y llevárselas sin que nadie los viera.

Antes de llevarlas a Vic (Osona), donde los esperaban los otros dos detenidos, dejaban los vehículos estacionados en calles poco concurridas con el objetivo de comprobar si los propietarios tenían instalado un GPS para localizarlas. Casualmente, una de estas motos fue recuperada por su propietario, pero días más tarde volvieron a llevársela, desactivando el sistema de localización que había utilizado la víctima. El paso final era transportarlas al taller de Vic donde los dos cómplices desmontaban los vehículos para revender las piezas.

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Se han podido recuperar nueve de las motos sustraídas | Mossos d'Esquadra.

La operación policial llevada a cabo por la Unidad de Investigación de la comisaría del distrito de Sant Martí acabó con tres entradas y registros en Vic, dos en los domicilios de los sospechosos y una en un almacén, de donde pudieron recuperar nueve motos sustraídas.