Francisco Comitre ya sabe perfectamente qué es que la policía lo busque en su casa, lo detenga y lo presente ante un juez. Tiene antecedentes y se le acusa de haber estafado a más de 150 personas mayores con operaciones inmobiliarias para quedarse su casa a cambio de cuatro duros y de tener, supuestamente, una organización criminal que se aprovecha de personas vulnerables, con necesidades económicas y sin conocimientos financieros para estafarlas. Ahora, los Mossos han atado catorce casos más.

Algunas víctimas se han quedado sin nada, viviendo con los hijos después de perder una propiedad, un piso valorado en 500.000 euros en Barcelona, después de que los engañaran y lo compraran por 50.000 euros. Este caso es uno de los catorce que los agentes de la Unidad de Investigación de la comisaría de Premià de Mar investigan desde 2022, cuando un juzgado de Barcelona recibió una querella de un bufete de abogados alertando de que unos desconocidos se habían apoderado, de forma fraudulenta, de un piso de una mujer que había muerto sin herederos legítimos.

Un viejo conocido de los Mossos: Francisco Comitre

Los investigadores de los Mossos lograron llegar hasta las sedes sociales de las empresas pantalla que habían actuado para hacerse con este piso de Premià, y también relacionaron el caso con cuatro personas, entre ellas el conocido abogado de Barcelona, Francisco Comitre, que fue detenido. En esa primera investigación, que ya sumaba todas las causas que tiene abiertas, se hizo un registro exhaustivo del despacho que tenía en Barcelona y se encontró una mina de oro. En sentido figurado. Los Mossos encontraron decenas de documentos que permitieron a los agentes de la Unidad de Investigación tirar del hilo. Es un caso relevante, muy complicado de unir, y más si tienes delante no solo a un experto estafador, sino un hombre muy inteligente, narcisista y sin ningún tipo de empatía con las víctimas. De toda aquella documentación, los Mossos d'Esquadra pudieron contactar con otras víctimas, un total de catorce, que han presentado denuncia. Cuando se han podido conectar todos los casos y dibujar claramente el modus operandi, el pasado 25 de noviembre se detuvieron nueve personas en Cataluña y en las Islas Baleares. Entre los detenidos, tres abogados y varios trabajadores y testaferros del grupo criminal.

El hombre que los Mossos consideran el líder, Francisco Comitre, que ya fue detenido en la primera fase y ahora, en Ibiza, donde estaba participando en un torneo de golf, niega los hechos y se desvincula de todas las estafas. Lo perfilan como un encantador de serpientes, con muchas habilidades sociales para engañar a todos, y facilidades para conseguir sus propósitos. Aunque quienes hace años que lo siguen y lo investigan han notado que en los últimos años, quizás por el efecto de las drogas, ha perdido facultades, aseguran que es una persona con mucha inteligencia y capacidad financiera, y es él quien, según los indicios recogidos por los Mossos, organiza toda la trama para mover todo el dinero que de manera ilícita consigue con las estafas a las personas mayores para blanquearlos y comprar y vender propiedades, también de las víctimas.

El modus operandi de Comitre, según los Mossos

La trama delictiva seguía un patrón casi siempre idéntico: primeramente, los estafadores captaban a sus víctimas, personas vulnerables con escasa educación financiera y cargadas de deudas o necesidades económicas urgentes. Los estafadores tenían también una página web donde captaban personas que querían vender su piso y una inmobiliaria desde donde conocían a víctimas potenciales. Una vez encontraban a alguien que encajaba en este perfil, le proponían un contrato privado donde les pagaban las deudas a cambio de otorgar poder notarial del inmueble a una persona física o jurídica. Este trámite se justificaba con la excusa de gestionar el crédito para liquidar las deudas, pero, sin saberlo, la víctima cedía el control de su inmueble a uno de los estafadores.

Con este poder notarial, los estafadores ejecutaban compraventas simuladas del inmueble entre ellos mismos, utilizando empresas a nombre de testaferros, muchas de las cuales no tenían actividad económica real ni depósito de cuentas. Normalmente, las operaciones se realizaban en la misma notaría donde se firmó el primer contrato, utilizando cheques manipulados que nunca llegaban a ninguna entidad bancaria. Así, se quedaban con el control absoluto de la propiedad, poniéndola posteriormente en venta a terceras personas ajenas a la estafa, que compraban el inmueble sin saber nada del engaño previo. Los Mossos han imputado también a un notario de Barcelona que, supuestamente, era conocedor de las técnicas de Comitre, si bien no ha sido detenido. El despacho del principal investigado, en Urquinaona, está cerrado, pero la notaría sigue abierta, según ha podido saber ElCaso.cat.

Carlos Lamiel, jefe de la investigación, durante la rueda de prensa, desde Barcelona / Laura Fíguls

Aprovechando los datos de las víctimas, también solicitaron préstamos por un valor total de un millón de euros que no tenían ninguna intención de devolver. Las empresas que la Agencia Tributaria ha investigado, de Comitre y sus testaferros, movían cada año unos 3 millones de euros, aunque al final del ejercicio tenían cero beneficios. A modo de ejemplo, una de estas empresas solicitó, en 2019, préstamos a diferentes entidades bancarias por un valor total de más de 200.000 euros, que nunca devolvió. Según datos de la Agencia Tributaria, entre los testaferros y las empresas tienen una deuda total de casi 1.000.000 euros. En algunas ocasiones también contrataban seguros para cubrir cualquier eventualidad y poder disponer de dinero para invertir en otros fines.

Algunas de las víctimas, después de perder su piso, tuvieron que marcharse. Incluso, simulando ser personas de un juzgado, fueron a casa de las víctimas y las echaron. Los Mossos los acusan, como en 2014 -Operación Cocoon-, de los delitos de pertenencia a grupo criminal, estafa, apropiación indebida, blanqueo de capitales, falsificación de documento público, oficial o mercantil y fraude a la hacienda pública.

Muchas más víctimas

La investigación realizada por los agentes de la Unidad de Investigación de la comisaría de Premià deberá continuar. De los registros judiciales en pisos y en el despacho de Comitre en Barcelona e Ibiza se encontraron decenas de indicios, un centenar -talonarios, escrituras, poderes, contratos privados y documentación de los testaferros-, que servirán para atar cabos y poder encontrar nuevas víctimas. Los investigadores están convencidos de ello. El caso que se investigó anteriormente y que terminó con un notario inhabilitado y varios detenidos acumula casi 150 causas por estafas con el mismo modus operandi.

Habrá que ver si entre toda la documentación que ahora tienen en su poder los Mossos d'Esquadra y el juzgado pueden identificar más víctimas o si algunas personas denuncian. Entre las víctimas que ahora los Mossos han podido localizar -las víctimas a veces son los hijos o herederos de las personas estafadas- hay gente en Barcelona, Badalona, Terrassa, Santa Coloma de Gramenet, Madrid y Ciudad Real. Las detenciones se realizaron en Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, Terrassa y Vilafranca del Penedès, en Cataluña, y en Ibiza y Palma, en las Islas Baleares. Entre los detenidos hay, además de Comitre, dos abogados más, y también el encargado del aparato logístico, que se encargaba de la falsificación de los cheques y documentación para conseguir más estafas.

Cóctel perfecto: necesidad y habilidad

Los Mossos recomiendan evitar confiar en salidas extrañas de los problemas económicos y revisar, con expertos, todas las posibilidades antes de hacer contratos o préstamos abusivos. Desconfiar de estas soluciones mágicas y pedir consejo es clave, alertan desde la policía catalana. La desesperación de las víctimas, que tenían deudas elevadas, y la habilidad de los estafadores, que ofrecían soluciones y una apariencia de solvencia, de manera combinada, era letal, detallan los investigadores. Aunque en el caso Cocoon eran sobre todo personas mayores, en el caso que se ha destapado ahora hay personas de todas las edades, pero sobre todo, personas vulnerables, atemorizadas por las deudas y sin capacidad ni conocimientos financieros. La tormenta perfecta para caer en las manos -supuestamente- de un Comitre que, aunque está en horas bajas, sigue activo. Después de ser detenido en Palma y quedar en libertad -como todos los demás detenidos-, los Mossos tienen la certeza de que está cambiando los nombres de las empresas para levantar de nuevo el sistema que se ha convertido en su modus vivendi.