Francisco Javier Almeida López de Castro, el asesino del pequeño Álex, de nueve años, en la localidad riojana de Lardero, ya había intentado secuestrar a otros niños del parque. De hecho, los propios menores llegaron a hacerle fotos desde la calle, que muestran cómo el hombre les acechaba desde la ventana de su casa cuando no podía bajar a observarles por la presencia de muchos padres.
La foto que presagiaba un final fatal en Lardero
El pasado jueves, la población del municipio de Lardero se lanzaba a las calles para ir a linchar al asesino reincidente, que todo el mundo sabía que perseguía a los más pequeños.
Su comportamiento de stalker -acosador- era tan habitual que hasta los niños lo sabían y tenían controladas sus acciones.
Sabían que cuando había muchos padres en el parque, Almeida no bajaba a mirar a los menores, como hacía normalmente.
Pero eso no le impedía seguir vigilando, ya que se asomaba a la ventana de su propia casa para observar a sus potenciales víctimas. Algunos de los pequeños llegaron incluso a hacerle una foto, que hacía evidente el acoso y que presagiaba un desenlace fatal.
"La Policía ya tenía constancia" de que algo podía pasar
Y así fue. Pese a que los vecinos sabían del comportamiento y los antecedentes del asesino -salido de la cárcel en abril de 2020-, y que "la Policía Local de Lardero ya tenía constancia" de que algo podía pasar, Almeida intentó secuestrar a varias víctimas, hasta que lo consiguió.
Una vecina confesaba a RTVE: "Yo misma llamé hace unos días porque se intentó llevar a mi hija".
Según su testimonio, fue el pasado 14 de octubre, cuando "la misma persona lo intentó con dos niñas", una de ellas su hija.
"Les dijo que subieran a su casa para que vieran unos pajaritos". Afortunadamente la niña dio aviso a su madre y fueron a buscarlo, pero no lo encontraron.
Asesina al pequeño Álex, de nueve años
Pero Álex no pudo salvarse. Durante una celebración de Halloween cerca del parque, salió del local para jugar con dos amigos.
Fue ahí donde, sobre las ocho y media de la tarde,
se dieron cuenta de que el niño no estaba, por lo que avisaron a los servicios de emergencias y se inició un despliegue para localizarlo.
Hora y media más tarde, a las diez de la noche, el pequeño era localizado junto a Almeida en el portal de su casa, inconsciente y sin constantes vitales. Los esfuerzos sanitarios fueron en vano y solo se pudo certificar su muerte.
Una oleada de rabia y violencia estalló tras conocerse la noticia y cerca de 200 personas se congregaron delante de la casa para "linchar" al asesino.
Tras momentos de tensión con la Guardia Civil y la Policía Local, que establecieron un cordón para evacuar a Almeida, ya detenido, el asesino fue llevado a dependencias policiales.
Linchamiento vecinal: antecedentes por asesinato
Esta agresividad vecinal acumulaba el asesinato de Álex, la pasividad de las autoridades ante los múltiples avisos por los intentos de secuestro, y los antecedentes del hombre, que eran conocidos por toda la población.
Y es que el asesino detenido solo hacía un año y pocos meses que había salido de la cárcel, en la que estaba desde 1998 por el "crimen de la inmobiliaria", cuando mató a una mujer con la que estaba pactando la compra de una vivienda y por lo que se le había sentenciado a 30 años de pena en prisión.
La víctima recibió 17 puñaladas en diferentes partes del cuerpo, tras las que la violó antes de darle una puñalada mortal en el corazón, según la sentencia.
Pero no eran sus únicos antecedentes. En 1993 ya había sido condenado a otros siete años por una agresión sexual en 1993. De todas estas, cumplió un total de 25 años, volviendo a Lardero y reincidiendo tras un año de libertad condicional.