Los Mossos d'Esquadra mantienen activo el dispositivo policial para evitar que entren más vehículos en la zona del embalse de Santa Anna, en Ivars de Noguera (Lleida), donde desde el sábado por la tarde está en marcha una 'rave' que acumula más de 150 vehículos y, según cifras oficiales, unas 400 personas. Este martes la fiesta sigue en marcha y la policía confirma que se ha podido perimetrar la zona de la huerta del Boix para impedir el acceso a más vehículos y que algunos ya han abandonado la fiesta.

Sin embargo, vecinos de la zona han alertado que algunas de las personas que querían acceder a la fiesta, al ver el cierre organizado con efectivos de los Mossos d'Esquadra de Seguridad Ciudadana y de Orden Público, han optado por atravesar fincas agrícolas para llegar al espacio, hecho que ha causado varios desperfectos. Como es habitual, los Mossos d'Esquadra descartan, si no hay incidentes, desalojar la fiesta y optan por quedar a reacción evitando que más vehículos puedan acceder a la 'rave' de Ivars de Noguera.

Una fiesta que tenía que acoger a 3.000 personas

La policía catalana ha conseguido información de la fiesta que está en marcha, si bien todavía no se ha podido mantener comunicación con los organizadores. La previsión era congregar a unas 3.000 personas si bien la actuación de la policía evitó que se instalaran en el Plan de les Bruixes, en Àger. En aquel momento los vehículos, la mayoría camiones y furgonetas càmper, cambiaron de ruta y fueron en dirección a Ivars de Noguera, a unos 40 kilómetros. Al llegar al lugar los Mossos intentaron parar el convoy y un camión, conducido por un hombre de 29 años italiano, embistió vehículos policiales. Durante la detención cinco agentes resultaron heridos, al ser también agredidos por otros de los asistentes en la fiesta. Uno de ellos, el conductor, pudo ser arrestado.

Rábano|Rave Ivars de Noguera
Imagen del interior de la rave, en Ivars de Noguera / ACN

El alcalde de Ivars, Josep Magrí, ha explicado a ACN que en un momento de la noche el número de vehículos que intentaban llegar a la zona de la huerta de Boix era tan grande, que en el pueblo se formó una cola de un kilómetro y medio, y los conductores empezaron a tocar el claxon y hacer sónar la música fuerte para "molestar a los vecinos". La mayoría de los asistentes en la fiesta son Italia y Francia, pero también de Polonia o Bulgaria, además de personas de Catalunya y de otros puntos del resto de España. Es habitual que este tipo de fiestas, que se organizan de manera clandestina, cuenten con la presencia de personas venidas de todas partes, que están en ruta, y que harán paradas en este tipo de 'rave'.

Evitar ser la capital europea de las 'rave'

Los Mossos d'Esquadra trabajan para evitar que Catalunya se convierta en una plaza principal de la celebración de este tipo de fiestas, que se hacen por por toda Europa y también, recientemente, por el norte de África. La policía catalana ha dado instrucciones para investigar la organización de este tipo de fiestas para evitar que puedan llegar a iniciarse y que los organizadores busquen otros lugares de Europa donde hacerlas si la presión policial les complica la tarea.

El jefe del cuerpo, el comisario Eduard Sallent, el pasado mes de abril, después de varias fiestas -una en Sarral se alargó durante días entre gallinas, pizzas y música-, pidió más esfuerzo de detección de las fiestas por evitar convertir nuestro país en la "capital europea de las 'rave'". Sallent también destacó que la preocupación por estas fiestas también radica en la afectación que pueden tener en el medio rural, que este verano todavía está más castigado por culpa de la sequía que arrastra Catalunya.