Una pareja canaria y sus madres han vivido una desconcertante experiencia vacacional este verano en Malta. La familia había reservado un apartamento a través de la plataforma de Airbnb y todo parecía ir viento en popa hasta que llegaron a su destino y nadie los recibió en las puertas del piso que habían alquilado. La propietaria del inmueble parecía que se había esfumado, y ni los responsables de la aplicación ni los vecinos a quienes preguntaron sabían nada de la mujer. Después de un par de días desesperados y teniendo que alojarse en un hotel, ocurrió el peor escenario posible: la señora apareció muerta en el interior de su piso.
Dejó de contestar a los mensajes
Según han explicado en declaraciones a la Cadena Ser, la pareja había reservado el apartamento con antelación, y durante los meses posteriores establecieron una conversación continuada con la propietaria. Esta comunicación, sin embargo, se cortó repentinamente unos días antes de hacer el viaje. Eso les pareció extraño, pero no le dieron mucha importancia, ya que las reseñas que tenía la mujer en la plataforma eran bastante buenas, y cuándo hablaron les pareció de confianza.
No obstante, su preocupación fue en aumento. Al llegar a la dirección indicada por la propietaria, no había nadie; tampoco pudieron encontrar las llaves para entrar en el apartamento, y la señora no contestaba ni a los numerosos mensajes que le dejaron, ni a las llamadas telefónicas. Desconcertados, acudieron al domicilio de la mujer, que estaba cerca, pero tampoco obtuvieron respuesta. Según los vecinos, hacía días que no se la veía, pero era algo habitual, ya que no solía salir mucho.
La encontraron muerta dentro de su domicilio
Después de un par de días sin noticias, los vecinos decidieron llamar a la policía, que entró por la fuerza en el domicilio de la mujer. La misteriosa desaparición quedó resuelta en aquel momento: la señora, que, según han podido averiguar los investigadores, había estado enferma unos días antes, había muerto dentro de su piso. La familia canaria, que había viajado a Malta para disfrutar de unos días de vacaciones, quedó devastada al conocer la noticia, y contactaron con Airbnb para hacerles saber lo que había pasado. No obstante, desde la plataforma no pudieron darles una solución más allá de devolverles el dinero.