Los humanos a menudo nos zambullimos en el agua por diversión y disfrutar de emociones fuertes, en caso de lanzarnos desde una altura considerable. Lo que no sabíamos, puede ser, es que la forma en la que saltamos en el agua, la altura de la plataforma desde la cual nos zambullimos y la velocidad del impacto provocan movimientos de fluidos inestables, lo que se conoce en el campo de la física como hidrodinámica. Estos movimientos pueden poner en riesgo al nadador, que le pueden causar lesiones musculares u óseas. Por este motivo, es esencial saber cuál es la mejor manera de zambullirnos dentro del agua sin sufrir daños.

Un grupo de investigadores de las universidades de Cornell (Nueva York) y de New Chester (Wisconsin) ha publicado en la revista Science algunas conclusiones que nos pueden ayudar. Utilizando modelos 3D que imitan la morfología humana y de varios animales, han demostrado que la clave de un salto seguro es la altura y la posición en la cual se entra en el agua.

Lesiones en la cabeza y médula espinal

A diferencia de los pájaros, que utilizan su capa de plumas de la cabeza para distribuir la fuerza del impacto al cuello, los humanos no tenemos características parecidas para atenuar el impacto. Por esta razón, somos propensos a sufrir lesiones relacionadas con los saltos en el agua. De hecho, en los Estados Unidos son una de las principales causas de lesiones en la cabeza y en la médula espinal. "Una lesión en la fase de golpe puede perjudicar la capacidad del nadador para llegar a la superficie con seguridad. Entender las fuerzas hidrodinámicas de esta fase es fundamental", aseguran los expertos.

La altura, un factor clave para evitar lesiones

Los resultados de los investigadores concluyen que cuando nos lanzamos con la cabeza, la altura crítica para sufrir lesiones son los 8 metros. En estas inmersiones, normalmente accidentales, el cráneo choca directamente con el agua. Eso puede provocar lesiones cerebrales mortales. "La fuerza de golpe presenta un comportamiento no monótono, y llega al pico inmediatamente después del impacto", explican los científicos.

En cambio, si el salto se produce primero con las manos, la altura crítica son los 12 metros."El chapuzón orientado con la mano conduce a una entrada de agua suave y evita el impacto directo en la cabeza". A diferencia de este impacto, si sumergimos primero los pies, la altura crítica de la lesión es de unos 15 metros.

Alerta con la velocidad del salto

Los científicos, en su investigación, explican que, como el agua es mil veces más densa que el aire, el cambio de un estadio diluido en uno muy denso comporta un fuerte impacto.

Los expertos han calculado el riesgo de lesiones analizando la relación entre las fuerzas óseas o musculares y la postura a la hora de zambullirse. Por ejemplo, un salto de cabeza produce lesiones en los huesos cervicales. En las inmersiones con las manos en frente, el cuerpo y la cabeza se protegen con la cavidad de aire que crean las extremidades. La zona más vulnerable, en este caso, es la clavícula. Y si se sumergen con los pies, son los ligamentos de las rodillas las que pueden sufrir más.

Aunque la postura en la cual la persona se zambulle es importante a la hora de evitar lesiones, también hay que tener en cuenta la función de la velocidad a la cual se lanza el nadador. Por todo eso, es muy importante no hacerse el valiente y vigilar cómo nos lanzamos al agua.