Los Mossos d'Esquadra desmantelaron el pasado 29 de enero un entramado criminal en el barrio de Sant Cosme, en El Prat de Llobregat, que se dedicaba al cultivo y tráfico de marihuana. La investigación permitió la detención de doce personas, de las cuales dos ingresaron en prisión, se inició hace un año, en marzo de 2023, cuando se interceptó una plantación de marihuana en el barrio. En aquella operación, que inició el caso de que ahora se ha explotado, también se supo que los investigados tenían acceso a armas de fuego y pudieron saber de qué piso salían. Las investigaciones por narcotráfico y también por las armas han avanzado de manera paralela y cuando se hizo el dispositivo también se pudo acceder al piso donde los Mossos creían que había las armas, y así estuvo.
Los investigadores de la policía catalana de la DIC y de la Unidad de Investigación de la comisaría de El Prat encontraron dos armas de fuego camufladas en unos bastones de caminar y un taller de fabricación de armas. Según ha podido saber ElCaso.com, estos bastones eran manipulados por el artesano, un hombre de etnia gitana, de unos 45 años, en el taller que tenía en casa, en una mesa en una de las habitaciones del piso. Los bastones estaban preparados para ser letales. Por el cañón que tenían, y tal y como se puede ver en las imágenes que acompañan esta noticia, estaban preparadas para disparar proyectiles de 9 mm. No era los primeros que el arrestado hacía. Y tampoco los últimos que tenía previsto hacer antes de ser detenido.
Un taller preparado para fabricar bastones-pistola
Los Mossos encontraron herramientas y también material como migas, cañones, detonadores y otros que necesitaba para manipular estos bastones para convertirlos en pistolas. Durante el registro también se localizaron otros tipos de munición, que están siendo investigadas, como todo el material intervenido, por los agentes especialistas en balística de la policía. Es importante poder acreditar el nivel de las armas localizadas y también poder relacionar los dos bastones-pistola intervenidos con otros posibles hechos relacionados, como el tiroteo de hace pocos días donde los miembros del clan arrestado abrieron fuego contra un hombre de un clan rival, hiriéndolo, a las puertas de los juzgados de El Prat de Llobregat.
Del estudio de balística también se podrá saber si las armas que se fabricaban de manera artesanal en este piso de Sant Cosme tienen algún tipo de particularidad que permite que si se encuentran otros, se puedan relacionar con este artesano. Fuentes de la policía han explicado que el descubrimiento de estas armas no es sencillo, sobre todo, por como se camuflan en bastones, de los habituales en las personas mayores para caminar. En un control de paso de vehículo o en una identificación en la calle puede ser complicado que sean intervenidos, un hecho que suma peligrosidad a este tipo de armas.