Iván Briongos Lobato nació en Barcelona hace treinta y un años. Actualmente, vive en Palau-Solità i Plegamans, a 32 kilómetros de la capital catalana. Se define como un joven emprendedor, experto Network Marketing, a pesar de no tener ningún título oficial que lo acredite. Lo que sí que es cierto es su éxito en la red social de Instagram, donde suma 45.800 seguidores. Su lema de vida es: vive sin límites. Según Briongos, su objetivo es "educar, inspirar e impactar". A pesar de no conseguir educar e inspirar, sí que ha alcanzado su propósito de impactar. La Policía Nacional lo detuvo el pasado mes de marzo por la "Operación Carcoma". Según los agentes, es considerado uno de los líderes de una de las mayores sectas de criptomonedas de España: "Awaken Dreamers", dedicada a la estafa piramidal.

La imagen de un empresario exitoso

El joven catalán proyecta una imagen de lujo y excentricidades en abundancia. Imita a los actuales influencers con sus imágenes presuntuosas. "Aquí estamos familia. Un día más en el Caribe. Vale la pena vivir tus sueños", escribió en una imagen en Instagram, donde solo aparecen imágenes de coches de alta gama, playas, habitaciones de hoteles de lujo y yates.

Sorprende como Iván Briongos, con solamente treinta y un años, figura como apoderado en varias sociedades del registro mercantil. En febrero de 2011 fue nombrado apoderado de Brise S.L., una empresa familiar dedicada al alquiler de inmuebles y aparcamientos de vehículos. Desde enero de 2013 es apoderado de "Carros de Compra", una microempresa dedicada al equipamiento industrial. El 6 de junio de 2021 fue nombrado administrador único de "Digital Rise S.L.", que desarrolla su negocio en el sector de la investigación, creación, desarrollo y comercialización de todo tipo de productos químicos y otros servicios relacionados con el comercio y explotación de inmuebles.

Por si no fuera poco, no acaba aquí. El joven también es administrador solidario de "Gestion Kalasin S.L", una sociedad limitada dedicada a la construcción de edificios residenciales, la promoción inmobiliaria y la explotación de restaurantes, bares, cafeterías y puestos de comer. En noviembre de 2017 se convirtió en administrador único de "Vive sin Jefes".

En definitiva, un joven empresario muy exitoso.

¿Cómo funcionaba la secta?

Los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional han podido comprobar que Briongos utilizaba técnicas de presión típicas de sectas. Concretamente, buscaba jóvenes, también menores, y los adoctrinaba. Pronunciaba grandes discursos engatusadores en acontecimientos multitudinarios y daba conferencias en hoteles para poder captar a un mayor número de personas. Era todo un predicador. El estafador apostaba por grandes inversiones de alto riesgo en criptomonedas y en el mercado de divisas (Forex) y aseguraba a los captados en la secta un futuro muy exitoso.

Para alcanzar el éxito, las personas captadas tenían que superar un curso de formación, que en realidad era un engaño. Los interesados pagaban 250 euros de matrícula y una cuota superior a 150 euros mensuales. Meses después se dieron cuenta de que no estaban dando el curso que Briongos los había prometido, ni tampoco estaban obteniendo los supuestos ingresos.

Todo iba sobre ruedas hasta que una denuncia conjunta presentada por 450 afectados destapó la trama. Los afectados alertaron a través de las redes sociales que la empresa y sus responsables no estaban impartiendo los cursos de formación que ofrecían. Además, los profesores no tenían bastante nivel académico y no enseñaban nada útil. En definitiva, la estafa estaba orientada a captar a más alumnos por este curso de criptomonedas mediante una formación adoctrinada. Muchos de los jóvenes que se matricularon en el curso dejaron su carrera para dedicarse al mundo de la especulación y las criptomonedas. Los familiares de los jóvenes que denunciaron a la secta señalan que este mundo es tan adictivo como las apuestas deportivas, hecho que conlleva peligro al generar ludopatía.

La secta de las amenazas

Aparte de perder dinero, los afectados afirman que recibieron coacciones y amenazas para contratar la formación académica y para trabajar en la captación de otros clientes potenciales. Según la denuncia, si alguien no aceptaba, se realizaba una "persuasión coercitiva", lo que se llama popularmente como un "lavado de cerebro".

Carles Tamayo / Wikipedia

De hecho, el youtuber Carles Tamayo publicó un reportaje de investigación donde clasificaba como secta esta formación. El youtuber, que formó parte de la IM Mastery Academy, recibió amenazas de los seguidores de Briongos: "Te hundiremos la vida, hijo de puta".