Aunque cada vez las estafas más habituales son aquellas que se hacen a través de internet y de los teléfonos móviles, todavía quedan estafadores que actúan como se hacía toda la vida antes de la aparición de la tecnología. Mucho de los delincuentes aprovechan trabajos que les han encargado para cobrar a los clientes por cosas que después no acaban haciendo. O las hacen, pero cobrándolos mucho más de lo que habían pactado inicialmente. Uno de los últimos casos de este tipo detectados en la localidad de Begur, en el Baix Empordà, tal como han alertado desde los Mossos d'Esquadra a través de sus redes sociales, es el de la estafa del asfalto.

En este fraude, los estafadores ofrecen asfaltar un pequeño trozo de terreno por un precio muy bajo, normalmente caminos particulares de zonas rurales o accesos a casas. Aunque el pacto inicial al cual llegan con el cliente es solo hacerlo en una pequeña zona y de manera muy barata, finalmente los trabajadores acaban asfaltando mucho más de lo que se había acordado y lo hacen cobrando un precio abusivo. Además, en caso de que el cliente muestre su desacuerdo con la obra y se niegue a pagar la cantidad que le dicen, los estafadores pueden reaccionar con amenazas o coacciones con el fin de intimidarlo y que acabe abonando el dinero.

El presupuesto por escrito para evitar ser estafado

Por este motivo, desde los Mossos d'Esquadra alertan de este fraude y recomiendan ir con mucho cuidado en caso de querer asfaltar un trozo de terreno. En caso de detectar esta práctica abusiva, que se puede considerar como un delito de estafa, conviene alertar el 112 y denunciarlo. Además, con el fin de prevenir ser víctima, la policía catalana recomienda que el presupuesto inicial esté por escrito y que se exija a la empresa toda la documentación con el fin de tener pruebas en caso de que la estafa se acabe produciendo.

Cobrar más de la cuenta por un trabajo, puede ser una estafa

Aunque la estafa del asfalto afecta sobre todo a la gente que vive en zonas rurales, donde los caminos de tierra son más abundantes, la gente de ciudad puede caer en otras trampas similares. Desde fontaneros o electricistas hasta un cerrajero o un mecánico de coches, son mucho los estafadores que utilizan este método de engañar a los clientes y cobrarlos más de lo que tocaría por un trabajo. En Reus, por ejemplo, una mujer de 71 años llamó a un operario porque no podía entrar en casa; alguien le había metido un palillo en la cerradura y la llave no encajaba. El hombre, sin embargo, la engañó y le cobró 2.700 euros por cambiar la cerradura y ponerle una nueva que, además, solo valía 20.