Una vecina de Reus de 71 años llegó a su casa el pasado viernes a las once de la mañana solo para encontrar que no podía entrar; alguien le había metido un palillo en la cerradura, y la llave no encajaba. La señora, con ayuda de su hermana, contactó con un supuesto cerrajero, cuyo teléfono encontró en Google. Poco después, se presentó a la dirección un joven de 25 años, de origen magrebí pero con DNI español, asegurando ser el operario. Le hizo allí mismo un presupuesto de 1.147 euros que, posteriormente, subió a más de 2.700.

En esta factura, la cerradura en sí figuraba con un coste de 333 euros, cuando normalmente no superaría los 20, y el resto de gastos, como el desplazamiento o la apertura de la puerta, con precios igualmente desorbitados. El cerrajero, además, le exigió el pago en metálico y por anticipado, una acción que puede incurrir en delito por sí mismo, ya que la cantidad máxima permitida para pagar en efectivo es de 1.000 euros. Así y todo, la mujer accedió al pago. Como no tenía suficiente dinero a mano, le pidió prestado a su hermana.

Una reparación que se alargó horas

El joven, aunque pudo extraer el palillo del interior de la cerradura en cuestión de minutos, convenció a la señora para cambiar toda la cerradura por uno "de lujo", según ha adelantado el Diari de Tarragona. Con esta excusa aprovechó para hacer varios viajes, siempre diciendo que se había olvidado alguna herramienta que necesitaba para hacer el cambio. A medida que pasaban las horas, la víctima se iba poniendo más y más nerviosa, ya que una reparación que se suponía que sería simple, se estaba alargando durante todo el día. Según parece, fue el mismo operario quien sugirió a la mujer que denunciara a la policía que le habían intentado forzar o romper la cerradura de la puerta. De esta manera, una patrulla de Seguridad Ciudadana de los Mossos se desplazó hasta allí, y empezaron a hacerle preguntas también al cerrajero. Aparentemente, estaba intentando instalarle a la señora una cerradura del mismo tipo que ya tenía, cuándo previamente le había dicho que lo cambiaría por uno mejor para evitar futuras incidencias similares.

Iba indocumentado e intentó engañar a los policías

Viendo que el joven se ponía visiblemente nervioso, le pidieron la documentación para poder identificarlo, pero el chico contestó que no la llevaba encima. Cuando le preguntaron por el elevado coste de la factura, el chico respondió que debía de estar bien, que él era solo un operario de la empresa. Pero su relato no cuadraba, y acabó admitiendo que era autónomo. Con todo, los agentes lo acusaron de estafa y le exigieron que devolviera el dinero a la víctima, a lo que él dijo que no podía, que ya lo había ingresado en el banco. A la insistencia de los Mossos acabó confesando que lo tenía en el coche.

Una vez recuperado el dinero y comprobado el correcto funcionamiento de la puerta de la señora, los Mossos d'Esquadra procedieron a la detención de esta persona, acusada de un delito de estafa. Se ha abierto una investigación para poder determinar si hay más víctimas que hayan caído en el mismo engaño.