Importante operación de la Policía Nacional y de la Inspección de Trabajo de Catalunya para desmantelar una mafia de origen pakistaní que se dedicaba, en Barcelona, a la explotación laboral de extranjeros en situación irregular en tiendas de alimentación y a los almacenes de distribución. Según la policía, los líderes de la banda, cinco personas, tenían los trabajadores condiciones de semiesclavitud.

A raíz de una inspección en una tienda de alimentación de Granollers, los agentes iniciaron una investigación que ha permitido detectar una red criminal establecida en Barcelona y en Sant Adrià de Besòs que incluso contaba con una sala de control y videovigilancia dónde se visionaban más de 100 cámaras de vídeo, que ofrecían imágenes en tiempo real de los locales comerciales, que les permitía tener controlados a los trabajadores a distancia.

Tenían una red de catorce supermercados en Barcelona

Las cinco personas detenidas, que son los máximos responsables de la organización, regentaban una red de supermercados franquiciados y almacenes repartidos por las localidades de Sant Adrià de Besòs y Barcelona, y están acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores, del delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, de favorecer la inmigración irregular y de pertenencia a organización criminal.

 

La investigación empezó gracias a la inspección realizada el pasado mes de noviembre en un establecimiento comercial de Granollers (Vallès Oriental), que puso a los investigadores sobre la pista de la existencia de una organización que, presuntamente, explotaba laboralmente ciudadanos extranjeros en situación irregular, la mayoría llegados desde el Pakistán.

La banda que investigaba la policía tenía varios supermercados -franquiciados de una conocida cadena- en Barcelona y dos naves en Sant Adrià de Besòs. En las tiendas y en los dos almacenes explotaban a los trabajadores, que tampoco tenían ningún tipo de contrato laboral. Como que no pagaban a los trabajadores y tampoco cumplían con sus obligaciones con la Seguridad Social, la organización conseguía grandes beneficios económicos, lo cual les permitió, en un corto periodo de tiempo, ampliar su negocio.

Esclavizadas y controladas por cámaras de seguridad

Algunas de las personas que estaban siendo esclavizadas por esta organización estaban en situación irregular, sin arraigo social ni familiar de ningún tipo en territorio nacional, con escasa o nula formación académica y en algún caso con hijos a cargo, un hecho que los obligaba a aceptar jornadas de trabajo extremas, sin descanso legal entre jornada y jornada, sin descanso semanal, sin seguro médico ni alta en la Seguridad Social.

En la explotación de la investigación, agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la policía española registraron catorce supermercados de la localidad de Barcelona y dos naves de Sant Adrià encontrando más de 40 trabajadores sin contrato ni ningún tipo de documentación legal para trabajar. Los cinco detenidos, también de nacionalidad pakistaní, han quedado en libertad.