El 23 de junio del 2021, John McAfee, creador del antivirus más conocido del mundo, se suicidó en una celda de la prisión de Brians 2, en Barcelona, donde hacía meses que esperaba a ser extraditado a los Estados Unidos para ser juzgado por los delitos de estafa y evasión de impuestos. Su muerte generó un gran revuelo, sobre todo por las afirmaciones de su mujer, Janice McAfee, quien dudó desde un primer momento de que su marido se hubiera quitado la vida él mismo, y apuntaba a un presunto encubrimiento para hacerlo desaparecer. Dos años más tarde, la causa continúa abierta, y el cuerpo de McAfee, en una cámara refrigerada del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya, en el sótano de la Ciutat de la Justicia de Barcelona.
"Cuando un cuerpo hace tanto tiempo que está en el depósito, suele ser porque no está identificado", ha señalado Eneko Barbería, director del Instituto de Medicina Legal y responsable de la morgue donde permanece el cadáver de McAfee, en declaraciones a elDiario.es. "No recuerdo un caso similar". Por otra parte, niega cualquier teoría de conspiración que haya podido surgir durante este tiempo. "Es un caso muy claro y básico; nosotros no tenemos ningún interés en mantener un cuerpo aquí durante tanto tiempo".
La causa continúa abierta
El juzgado de Martorell que investigaba el suicidio de John McAfee se negó a autorizar una segunda autopsia, como pedía la viuda del magnate informático. Su abogado, Javier Villalba, presentó un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Barcelona que continúa en trámite desde febrero de 2022. Hasta que no se haya ejecutado este recurso, la justicia catalana no podrá dictaminar sentencia sobre el caso, y tampoco se puede autorizar la repatriación del cuerpo para su entierro en los Estados Unidos.
La muerte de John McAfee puso fin a una vida llena de encontronazos con la justicia, llegando a ser un prófugo de la ley en varios países, como Belice, donde estaba acusado de homicidio. A Catalunya había llegado a mediados del 2020, y residía en un hotel cerrado al público de Cambrils, en Tarragona, donde gestionaba una granja de criptomonedas. De hecho, esta granja es la que habría utilizado para blanquear dinero, y la fiscalía federal de Manhattan lo acusaba de no haber declarado impuestos y haber escondido activos entre los años 2014 y 2018.