Dos veteranos ladrones de móviles cometieron un error de principiante que acabó guiando a los investigadores de los Mossos d'Esquadra hasta los dos pisos que utilizaban como tienda para revender los aparatos sustraídos. Los hombres, de 29 y 39 años y origen magrebí, ya fueron detenidos en el 2023 por hechos similares -vendían teléfonos sustraídos en todo el Estado español desde L'Hospitalet de Llobregat- y contaban con un total de doce antecedentes por delitos contra el patrimonio. A pesar de su trayectoria en el mundo de los robos, no tuvieron en cuenta que, después de sustraer los móviles, tenían que desconectar el GPS o directamente apagarlos, ya que la señal de los dispositivos facilitó el trabajo a los agentes.
Un error garrafal
Durante el mes de marzo, varias personas denunciaron el robo de sus teléfonos móviles, con la casualidad de que el último lugar donde los podían posicionar era en Esplugues de Llobregat -muchos de ellos también habían dado señal en la misma zona de L'Hospitalet. Con esta información, los investigadores empezaron a sospechar que podía haberse establecido un punto de receptación de móviles sustraídos por todo el territorio catalán. Después de hacer las gestiones pertinentes, el pasado 7 de mayo los Mossos hicieron dos entradas y registros en sendos domicilios de Esplugues y de L'Hospitalet de Llobregat, previa autorización judicial por parte del Juzgado de Instrucción número 1 de Esplugues.
Durante estos registros, se encontraron 48 móviles, un portátil, dos relojes, 36 carcasas de teléfono, 21 tarjetas micro SD, siete soportes de tarjetas SIM y 9.600 euros en efectivo. Los dos sospechosos, que habían utilizado sus domicilios como punto de venta de los aparatos sustraídos, fueron detenidos, acusados de un delito de receptación continuada y pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Esplugues de Llobregat.