Las estafas telefónicas siempre han existido. Hace muchos años que los delincuentes intentan captar la atención de sus víctimas para obtener sus datos más vulnerables y después poder hacer transferencias bancarias con el objetivo de vaciar las cuentas corrientes de aquellas personas a quienes han engañado. Las primeras estafas que se recuerdan, los ladrones se hacían pasar por ONG y robaban el dinero. Ahora, sin embargo, a consecuencia de cómo ha evolucionado la tecnología, las estafas tienen tanto nivel de sofisticación que es muy difícil poderlas detectar. En los últimos meses, se ha detectado un nuevo tipo de fraude donde la inteligencia artificial utiliza la clonación de voz. Esta técnica, que va dirigida sobre todo a personas mayores, consiste en extraer pequeños fragmentos de voz de llamadas o vídeos para imitar la voz de un familiar cercano.
Los ciberdelincuentes llaman a sus víctimas que, haciéndose pasar por alguien a quien aman gracias a la clonación de la voz, simulan una situación de emergencia, como un problema legal o un accidente, para provocar una reacción inmediata y desesperada en la víctima. Esta, al ver el tono de angustia de la llamada y estando bajo mucha presión emocional, cae rápidamente en la trampa, y hace todo aquello que el estafador les pide, como enviar dinero de manera urgente a través de transferencias bancarias.
¿Qué hacer si somos víctimas?
Los expertos en ciberseguridad recomiendan mantener siempre la calma y, en caso de recibir este tipo de llamadas, verificar siempre la identidad de quien llama. La mejor manera de comprobarlo es colgar y volver a llamar inmediatamente al número habitual del familiar, nunca al número desde el que se ha recibido la llamada. Otra manera de verificar si la persona que nos llama es familiar nuestro es hacer una pregunta personal o privada que solo la persona real sabría responder, desconfiando siempre de cualquier petición de dinero que se insista en que es urgente y secreta, ya que ningún familiar u organismo oficial lo haría de esta manera.