La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 41 años acusado de fabricar de manera ilegal una gran cantidad de explosivos en una masía aislada de Montmajor (Berguedà). Al inspeccionar la vivienda, los agentes encontraron 468 kilos de precursores de explosivos y productos químicos que el arrestado utilizaba para la elaboración de las bombas, así como mecha y 2,2 kilos de mezcla explosiva ya acabada. El hombre adquiría todo el material necesario a través de Internet y fabricaba los explosivos de manera artesanal, generando un gran volumen de explosivos que desde la Benemérita han considerado como uno de los mayores de todo el estado español.

La investigación se inició en marzo del año pasado, cuando los agentes de la Guardia Civil conocieron a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) que alguien había hecho una compra copiosa de precursores de explosivos en una página web. Fruto de esta operación, llamada "Termes", la policía pudo identificar a la persona que efectuaba estas compras, y la localizaron en una masía aislada del Berguedà.

Esta persona adquiría a menudo grandes cantidades de precursores, mecha, material eléctrico y de laboratorio por Internet. Gracias a varios meses de investigación, la Guardia Civil consiguió una orden judicial de entrada y registro de la masía, y registraron el inmueble. En este taller clandestino encontraron 348 kilos de precursores de explosivos regulados y 119 kilos de sustancias químicas para la fabricación de bombas.

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Los agentes encontraron varios químicos para la fabricación de material explosivo | Guardia Civil.

Los explosivos que fabricaba son de uso habitual entre los terroristas

Los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) analizaron todo el material requisado antes de destruirlo. Según sus conclusiones, los diferentes químicos que encontraron se podían utilizar para la elaboración de varios explosivos como la pólvora o el triperóxido de triacetona, conocido como "madre de Satán" y que habitualmente utilizan los terroristas islamistas.

Además de los químicos, los agentes también encontraron maquinaria y material de laboratorio como matraces y probetas, un manto de calentamiento eléctrico, agitadores magnéticos, bombas de vacío, controladores de flujo, alambique para la destilación, termómetros y básculas de precisión e, incluso, una máscara antigás.