Solo, descalzo y únicamente con el pañal puesto. Así es como el pasado 9 de febrero, cuando pasaban pocos minutos de las siete y media de la mañana, se encontraron a un bebé de 18 meses andando bajo la lluvia por una calle en las afueras de la localidad de Petrer, en Alicante. Fue un vecino de la zona quien, al ver al bebé deambulando sin sentido y medio desnudo, avisó a la Policía Local y recogió el menor, a quien metió dentro de su coche para protegerlo de las inclemencias meteorológicas y de las bajas temperaturas que había a aquellas horas de la mañana.
Cuando los agentes de la Policía Local llegaron al lugar, el niño estaba visiblemente desorientado y no paraba de llorar y llamar a su madre. Uno de los policías lo abrigó para que entrara en calor y lo tranquilizó, mientras intentaban averiguar quién era y dónde estaban sus padres. Los agentes consiguieron que, a través de señales, fuera el mismo menor quien les indicara un domicilio. Allí encontraron a su madre. La mujer les explicó que había salido un momento de casa para llevar al padre al trabajo y que el niño se había quedado a cargo de otra persona que, supuestamente, se había quedado dormida, momento en que el menor habría abierto la puerta y se habría ido de casa.
En el domicilio había restos de droga
Dentro de la vivienda, sin embargo, los agentes encontraron restos de drogas e indicios que se había estado consumiendo, además de mucha suciedad y desorden. Ante esta situación, alertaron a los Servicios Sociales del ayuntamiento, que acordaron que el niño quedara bajo la tutela de su abuela materna, mientras se está llevando a cabo una investigación para averiguar el ambiente en el cual vive la criatura. Una vez se determinen las posibles responsabilidades de los padres, se tomará una decisión sobre la tutela definitiva del menor.